Tan solo hace un mes, debido a unos fuertes calambres en las piernas sin remedio inmediato, Jannik Sinner tuvo que rendirse ante Stefanos Tsitsipas en la semifinal del Masters 1000 de Montecarlo. Este no es el único episodio en la historia del deporte en el que estas contracciones involuntarias e inesperadas han decidido el destino de un partido, de un encuentro, y hasta de una temporada.
Por GQ
Son numerosas las ocasiones en las que hemos asistido a escenas en las que jugadores y atletas se han desplomado en el suelo incapaces de sostenerse sobre sus propias piernas. Pero, ¿por qué ocurre esto y de qué se trata?
Y nadie se libra, especialmente los deportistas que llevan sus músculos hasta un nivel de agotamiento que hace que el cuerpo, para protegerse, envíe señales inequívocas como un calambre.
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