En 2020, más de 55 millones de personas padecían algún tipo de demencia en todo el mundo. El pronóstico indica que esa cifra casi se duplicará cada 20 años: habría 78 millones personas con demencia en el año 2030.
Por Infobae
Una de las demencias más frecuentes es la enfermedad de Alzheimer, y diferentes factores podrían estar involucrados en su desarrollo. Una de las posibilidades es que se producen cambios químicos que hacen que la proteína tau forme ovillos en el interior de las neuronas relacionadas con la memoria y alteran la comunicación entre ellas.
En ese camino, se busca comprender mejor a la enfermedad para alcanzar diagnósticos más tempranos y desarrollar tratamientos efectivos. Ahora, un estudio de investigadores del Hospital Brigham and Women’s de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, han encontrado que indicadores de la enfermedad coinciden con cambios biológicos en el cerebro.
Los resultados se publican en Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología. Los científicos observaron que la pérdida de memoria autoreportada sí puede ser una alerta preclínica precoz. Aunque también aclararon que puede estar relacionada con otras afecciones.
Utilizaron informes de imágenes para respaldar sus resultados, los investigadores llegaron a la conclusión de que los informes de los pacientes y sus parejas sobre el deterioro cognitivo pueden ser un indicador precoz de la acumulación de ovillos de tau, un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer.
“Cada vez hay más pruebas de que los propios individuos o un familiar cercano pueden notar cambios en la memoria, incluso antes de que una medida clínica recoja evidencias de deterioro cognitivo”, afirmó Rebecca Amariglio, del Departamento de Neurología del Hospital Brigham and Women’s.
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