Las olas de calor mortales son 35 veces más probables a causa del cambio climático en Estados Unidos, México y América Central, según un estudio publicado por climatólogos este jueves.
La probabilidad de que el calor extremo que ha afectado a todos esos países en mayo y junio se reproduzcan es cuatro veces mayor que hace 25 años, según esta asociación de climatólogos conocida como Atribución Meteorológica Mundial (WWA por sus siglas en inglés).
Desde marzo México ha registrado al menos 61 muertes directamente relacionadas con las altas temperaturas, una situación que podría empeorar dramáticamente.
“Probablemente no conocemos la dimensión real de las muertes relacionadas con el calor, ya que generalmente solo se confirman y reportan meses después del evento, si es que se reportan,” dijo la WWA, que utiliza métodos contrastados con otros científicos para evaluar los vínculos entre eventos extremos específicos y el calentamiento global.
A causa del uso de combustibles fósiles, que provocan gases de efecto invernadero, los principales causantes del cambio climático, millones de personas sufrirán las consecuencias de esas oleadas de calor, considera esa red de científicos.
Este año ha sido el más caluroso registrado y grandes extensiones del mundo ya han soportado temperaturas abrasadoras antes del inicio del verano en el hemisferio norte.
En Estados Unidos los incendios forestales son importantes, y en Arabia Saudita al menos 900 personas han muerto durante la peregrinación anual del hach, en su mayoría debido al calor implacable, con temperaturas en La Meca que alcanzaron los 51,8º C el lunes.
“Entre la vida y la muerte”
Para realizar su estudio, los científicos de la red climática analizaron los cinco días y noches consecutivos más calurosos entre mayo y junio, en una zona que comprende el suroeste de Estados Unidos, México, Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras.
Los científicos del WWA han desarrollado unos modelos de predicción a partir del hecho de que el planeta ya es 1,2º C más caluroso que en tiempos preindustriales.
A su juicio “las temperaturas máximas registradas en Norteamérica y América Central son en la actualidad 35 veces más probables que en la época preindustrial”.
“Los 1,4º C de calor adicional causados por el cambio climático representarían la diferencia entre la vida y la muerte para mucha gente entre mayo y junio”, según Karina Izquierdo, consejera en temas urbanos para América Latina y el Caribe en el Centro de Cambio Climático de la Cruz Roja.
“Además de reducir emisiones, los gobiernos y las ciudades tienen que tomar medidas para ser más resistentes al calor”, indicó.
De todos los fenómenos meteorológicos, el calor es el más subestimado, aseguran los expertos. Los niños, los ancianos y los trabajadores al aire libre son particularmente vulnerables.
En México y América Central, los impactos del calor se intensifican debido a las malas condiciones de las viviendas, el acceso limitado a servicios de refrigeración y para aquellos que viven en asentamientos informales.
El calor extremo también amenaza la estabilidad del suministro eléctrico, que es crucial para el funcionamiento de las instalaciones de salud.
Los científicos consideran que los sistemas de alerta y los planes de acción contra el calor extremo podrían ayudar a fortalecer la preparación de América Central para tales eventos.
Hay que desarrollar sistemas de alerta para los trabajadores al aire libre, explicó la WWA. Los espacios verdes y la mejora de la infraestructura en los asentamientos informales también ayudarán a proteger a las personas más vulnerables, añadió. AFP