“Si crees que eres un imán, probablemente sea así”, afirmó Jeffrey Riffell, profesor de biología de la Universidad de Washington, que investigó los sistemas sensoriales de estos insectos
Una problemática que sin dudas sacudió al cono sur durante el verano y continúa afectándolo en las vísperas del invierno, son los mosquitos. En base a esto, un estudio reciente resaltó que el olor corporal y los colores de la ropa interfieren y tienen que ver en la cantidad de picaduras que una persona puede recibir.
Por Infobae
Jeffrey Riffell, profesor de biología de la Universidad de Washington, estuvo investigando los sistemas sensoriales de los mosquitos para entender mejor cómo encuentran a sus víctimas. “Si crees que eres un imán para los mosquitos, probablemente sea así”, dice Riffell en un video publicado en el sitio web de la universidad. De acuerdo con sus estudios, los mosquitos machos se alimentan del néctar de las flores, mientras que las hembras buscan sangre para poder poner huevos.
Riffell y su equipo han estado trabajando para entender mejor cómo los mosquitos encuentran su alimento. Mientras que los mosquitos macho se alimentan de néctar de flores para obtener azúcar, las hembras beben sangre para ayudar en la puesta de huevos. “Los mosquitos son extraordinariamente buenos encontrando a una persona para beber su sangre,” explicó Riffell. “Son como vampiros, y son muy buenos en lo que hacen. Sus ojos, su visión, su olfato, todo en ellos está orientado a encontrarnos y picarnos.”
Cómo influyen los colores en las picaduras de los mosquitos
Un dato interesante es que los mosquitos también se sienten atraídos por ciertos colores. Según el experto, “les encanta el rojo y el negro”, mientras que los colores como el blanco y el verde suelen repelerlos. Además, Riffell señala, “pueden aprender; si eres muy atractivo y te muerden, volverán a ti porque asocian positivamente esa experiencia”.
Otra faceta importante de la investigación se centra en las fuentes de azúcar que los mosquitos pueden detectar. Melissa Leon Norena, estudiante de doctorado en biología, informa que una de ellas son las frutas. Actualmente, los científicos están intentando crear un olor que atraiga a los mosquitos para luego agregarle una toxina letal y así poder deshacerse de ellos.
Este desafío es particularmente relevante ya que los mosquitos son considerados el animal más mortífero del mundo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los mosquitos pueden transmitir enfermedades graves como la malaria, el dengue, el virus del Nilo Occidental y el virus del Zika. La investigación también apunta que el cambio climático ha incrementado el riesgo de enfermedades transmitidas por estos insectos.
Un ejemplo reciente destacado por el Distrito de Salud del Sur de Nevada muestra que la región está experimentando niveles históricos de actividad de mosquitos, con más de tres mil casos positivos del virus del Nilo Occidental. Este incremento en la actividad de los mosquitos podría tener consecuencias importantes en la salud pública.
Estas investigaciones tienen implicaciones prácticas. “La información que estamos desarrollando y encontrando en el laboratorio tiene implicaciones en el mundo real y creo que realmente puede ayudar a muchas personas en muchas partes diferentes del mundo”, subraya Riffell. Desarrollar métodos efectivos para repeler a los mosquitos o atraerlos a trampas tóxicas podría mejorar considerablemente la calidad de vida en diversas regiones.
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