El 6 de junio último, la empresa espacial del multimillonario empresario Elon Musk, llamada SpaceX se anotó una gran victoria con el lanzamiento exitoso y puesta en órbita del cohete más grande del mundo: Starship.
Por Infobae
Con los ojos de la NASA puestos en este lanzamiento clave, el megacohete Starship, realizó su cuarto despegue de prueba, culminando un vuelo y amerizaje exitoso y probando que SpaceX tiene una nave en carrera para que los próximos humanos puedan volver a la Luna como paso previo a conquistar el planeta Marte.
Ese día trascendental en la historia de SpaceX, el cohete Starship se elevó a la 7.50 hora local (12.50 GTM) desde la estación espacial Starbase, ubicada en Boca Chica, Texas, Estados Unidos, con la potencia de sus 33 motores Raptor que logran un empuje de 7.600 toneladas para hacer elevar los 122 metros de la nave espacial y romper la fuerza de gravedad de la Tierra.
La compañía espacial se había propuesto dos objetivos claros que por supuesto aprobó con felicitado: hacer descender en forma ordenada el propulsor de la primera etapa, conocido como Super Heavy de 72 metros de altura, para ejecutar un suave amerizaje en el Golfo de México.
Y también lograr una reentrada controlada de la etapa superior de 50 metros de altura, llamada Starship. Tanto el propulsor Super Heavy como su nave lograron amerizar sin destruirse en el aire, lo que provocó el aplauso cerrado de todo el personal de SpaceX en el centro de control de mando en Starbase.
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