La abogada de Julian Assange, Jennifer Robinson, subrayó que el caso del fundador de WikiLeaks, quien regresó a su Australia natal en libertad este miércoles tras aceptar su culpabilidad por un cargo de conspiración según un pacto con la justicia de EE.UU, “sienta un peligroso precedente”.
“Esto supone la criminalización del periodismo”, subrayó en una rueda de prensa Robinson, indicando que “desafortunadamente” el periodista y activista australiano tuvo que declararse culpable para “recuperar su libertad”.
Robinson agradeció los esfuerzos del gobierno de Australia y del primer ministro, Anthony Albanese, que elevaron en múltiples ocasiones el caso contra Assange durante las conversaciones bilaterales con los representantes de Estados Unidos.
“Esta es una gran victoria para Australia y para la democracia australiana, es una gran victoria para la libertad de expresión, es una gran victoria porque Australia se enfrentó a un aliado y exigió el regreso de un ciudadano australiano”, dije.
El activista acudió en la mañana del miércoles al tribunal federal estadounidense de las Islas Marianas del Norte (EE.UU.), donde se declaró culpable en un tribunal de un cargo de conspirar para obtener y divulgar documentos clasificados de Estados Unidos, con el objetivo de ratificar el pactó alcanzado entre el Departamento de Justicia de EE.UU. y la defensa de Assange.
En la vista, la magistrada Ramona Villagomez, en la isla de Saipan, condenó a Assange a 62 meses de cárcel, reconociendo el tiempo ya cumplido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh (Reino Unido), por lo que quedó en libertad.
Acto seguido, Assage, de 52 años, tomó un vuelo chárter que finalmente aterrizó en el aeropuerto internacional de Camberra alrededor de las 19.40 hora local (9.40 GMT), después de unas siete horas de vuelo desde Islas Marianas y de casi tres días desde que abandonara el lunes Londres.
La representante legal comentó que durante una llamada telefónica a su regreso al país natal Assange le dijo a Albanese: “Me salvaste la vida”.
“No creo que sea una exageración”, remarcó la letrada.
Este episodio pone fin a una saga de 14 años que comenzó en 2010 con la mayor filtración de documentos clasificados de la historia de Estados Unidos, al revelar ataques a civiles en Irak y en Afganistán, así como el maltrato de presos en Guantánamo, entre otros asuntos.
EFE