Lo que parecía ser un día normal se convirtió en una tortura de al menos seis horas por parte de funcionarios policiales contra este venezolano que prefirió resguardar su identidad por seguridad.
lapatilla.com
Como todos los días, inicio su recorrido habitual y bajando de Bello Monte en el municipio Baruta a la altura de la Concha Acústica vio como venían tres motos azules con funcionarios de la Unidad de Precisión al verlos piensa -estos son bien malos- acto seguido le pasan por el lado, lo ven y se pegan detrás del carro, “escucho cuando me dicen “¡párate!”.
Para ese momento la calle se encontraba totalmente desolada, eran los funcionarios contra el joven.
Pidieron los papeles y con un tono amenazante preguntaron “¿Por qué estas nervioso?”, en su cabeza rondaban miles de pensamientos, aunque no ocultaba nada, la sola presencia de los funcionarios le generaba desconfianza.
En tan solo minutos comentaron “tenemos que hacer una inspección al carro y queremos que veas”, al asomarse ve cuando el policía mete su mano y saca dos pedacitos de marihuana como del tamaño de un maní, de inmediato expresó “¡Eso no es mío!”.
A partir de ese momento el joven pensó -me secuestraron- los policías le habían señalado que tenían que ir al Helicoide “estas detenido por posesión de marihuana”, aunque ellos la sembraron igual revisaron el carro de arriba abajo y enfatizaban “tenemos que ir al Helicoide”.
“¿Qué va a pasar?” le reiteraba el joven de camino al Helicoide junto a los funcionarios, a lo que ellos señalaron “bueno nosotros llegamos, te presentamos y ya” a lo que él respondió “¿y ya? ¿luego me voy?”, “Ah no, eso depende de ti”, respondieron.
Un procedimiento lleno de irregularidades y del que muchos han sido víctimas.
Al llegar al Helicoide, lo bajaron del carro y lo sentaron en unas escaleras desde donde podía ver todo lo que ocurría a su alrededor “tienes que llamar a alguien para decirle que estas aquí” expresaron los funcionarios.
El joven intento llamar a su abogado sin obtener respuesta “debes llamar a tu mamá” aseguraban los funcionarios.
Al lograr contactar con su madre, los funcionarios presionaban al joven para que asegurará “me agarraron con drogas y estoy en el Helicoide, quieren 3000 dólares”. Al concluir la llamada los policías le quitaron el teléfono y le escribieron a amigos y familiares.
De 6000 dólares bajaron a 2500 dólares, la madre aterrada llegó al Helicoide, los funcionarios insistían que tenía drogas y que además las vendía.
Luego del pago el “procedimiento” culminó.
“Un procedimiento que acecha la zona”
Así como este joven venezolano muchos otros han sido víctima de “procedimientos” policiales que culminan tras el pago de exorbitantes cifras de dinero.
Valle Arriba, Bello Monte y Sabana Grande son algunas de las zonas asediadas, después de la terrible experiencia “entendí que no le vuelvo abrir el carro a ningún policía. Comienzo a grabar y a llamar a todo el mundo” expresó, enfatizando “no puedo ser secuestrado dos veces y menos sembrado droga”.