S. M. nació en 1965 y desde temprana edad sufría crisis epilépticas agudas.
Por BBC Mundo
Inicialmente se creyó que tenía un tumor cerebral que provocaba la epilepsia.
No obstante, el equipo médico comprobó que las crisis eran generadas por una atrofia bilateral en el interior del lóbulo temporal medial, en la amígdala.
Lo más llamativo de S. M. es que no reconocía el miedo.
Para producírselo, los investigadores la expusieron a serpientes y arañas vivas, la llevaron a un recorrido por una casa encantada y le mostraron películas de terror.
Cuando le pedían que dibujara el miedo, S. M. pintaba un bebé gateando.
El estudio se realizó y publicó en el año 2010.
Aquella investigación situó el miedo en el cerebro.
Las emociones
La paciente S. M. padecía Urbach-Wiethe, una extraña enfermedad que, entre otras cosas, inducía la formación de depósitos de calcio en la amígdala, con la subsiguiente lesión de las células que conformaban esta estructura cerebral.
La exploración neuropsicológica de S. M. reveló que su inteligencia estaba dentro de los valores normales, que estaban preservadas las diferentes funciones cognitivas y que no existían problemas motores ni sensoriales o perceptivos.
El principal deterioro que mostraba la paciente estaba relacionado con el procesamiento de la información emocional.
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