La violenta fiesta italiana de la Madonna della Bruna, la celebración religiosa en la que la multitud puede destrozar la carroza triunfal

La violenta fiesta italiana de la Madonna della Bruna, la celebración religiosa en la que la multitud puede destrozar la carroza triunfal

Los fieles se llevan trozos del carro como recuerdos o amuletos de buena suerte

 

 

La tradicional destrucción del carro en la región de Matera, marcada por graves incidentes, atrae a multitudes cada 2 de julio





Cada 2 de julio, la ciudad de Matera, en el sur de Italia, se transforma en el escenario de una de las festividades más antiguas, queridas y polémicas: la Madonna della Bruna. Este evento, que combina fervor religioso, tradición cultural y un toque de emoción, atrae a miles de fieles y curiosos de todo el mundo. Sin embargo, la festividad también es conocida por los incidentes que ocurren durante la esperada destrucción del carro triunfal.

La jornada comienza con la Procesión de los Pastores al amanecer. Esta procesión parte de la Catedral de Matera y recorre las calles del casco antiguo, acompañada por cantos y rezos. A continuación, se celebra una misa solemne en la catedral, donde se bendice la estatua de la Virgen.

Uno de los momentos más esperados es la colocación de la estatua en un carro triunfal ricamente decorado. Este vehículo, confeccionado con materiales ligeros y adornado con flores y símbolos religiosos, es transportado por las principales calles de Matera. A lo largo del trayecto, la multitud se congrega para rendir homenaje a la Virgen, creando un mar de fe y devoción.

El punto culminante de la festividad llega al final de la procesión, con la destrucción ritual del carro triunfal. Según la tradición, esta destrucción simboliza el triunfo del bien sobre el mal y es un momento de gran entusiasmo para los participantes. Una vez que el carro llega a su destino final, los fieles se apresuran a desmantelarlo, llevándose trozos como recuerdos o amuletos de buena suerte.

Dónde tiene sus orígenes esta festividad

La festividad de la Madonna della Bruna tiene sus raíces en el siglo XIV y se celebra en honor a la Virgen María, bajo la advocación de la Madonna della Bruna, patrona de Matera.

La leyenda cuenta que un campesino encontró una estatua de la Virgen mientras trabajaba en los campos y la llevó a la ciudad.

Desde entonces, la Virgen ha sido venerada con una devoción especial, y su festividad se ha convertido en una tradición inquebrantable.

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