El 4 de julio comenzó oficialmente la cruzada por la democracia de parte de María Corina Machado, pero esta vez tomada de la mano de Edmundo González Urrutia, un candidato que el chavismo desestimó que podía crecer como la espuma, y que dos días después de oficializarse la campaña electoral la prueba de fuego tuvo como escenario la calle Camejo de Barinas.
Corresponsalía lapatilla.com
El respaldo a María Corina y Edmundo dejó sorprendidos, incluso, a los mismos opositores que no pudieron organizar movilizaciones por falta de recursos económicos, como solía presentarse en las campañas electorales de otrora y esto no fue problema para la gente que igualmente llegó al mitin.
La organización para ese día se hizo en el barrio, caserío, pueblo, con un vecino, amigo, familiar o desconocido que habilitó su vehículo para llevar a la gente hasta la calle Camejo.
“Fue prácticamente un simulacro de lo que puede ocurrir el día de la elección presidencial, por lo que el chavismo también puso en ejercicio la forma de desactivar tan eficiente movilización popular, de la que la oposición espera se convierta realmente en indetenible”, refirió el abogado, docente y comunicador social, Leonaldi Meza.
Debido a esto, en esta entidad llanera fue activada la estrategia del miedo, donde la intimidación y el encarcelamiento se conjugan, en lo más parecido a un ambiente en el que no se le puede perdonar a nadie que se ponga del lado de la oposición.
Camiones retenidos y trasladados de Barinas a Caracas, sonido, caballos, motos, son algunos de los bienes que fueron puestos bajo resguardo y que se desconoce si han sido devueltos, porque sus dueños prefirieron no hablar y “tampoco se sabe si el 28 de julio ellos podrán votar”, consideró.
“El chavismo no ha podido superarse de la espectacular demostración de cambio que le dimos el 6 de julio, por lo que desataron una persecución en contra de muchos inocentes que creen necesario tener un nuevo presidente”, expuso Meza a lapatilla.com.
El primer golpe -recuerda- que puso tambaleante al chavismo le fue propinado el 21 de noviembre de 2021, cuando obligaron a la realización de un segundo proceso de votación para la Gobernación de Barinas, el cual fue rematado el 9 de enero de 2022, donde ya no hubo forma de levantarse de la lona.
“La elección presidencial supone un conteo de protección para el chavismo en el que aspira ser favorecido, pero en la calle la mayoría no aprueba sus argumentos”, refiere tomando en cuenta que lanzaron un trapo rojo “diciendo que dos alcaldes habían acordado un apoyo a Maduro, del que solo uno ratificó esa posición”, y más recientemente en un intento por vincular al gobernador de Barinas y su secretario de gobierno. Ambos confirmaron que su camino correcto es el demócrata que exige un cambio en Miraflores.