El matrimonio de espías rusos con pasaporte argentino que vivió durante años en un departamento en el barrio porteño de Belgrano junto a sus dos hijos y luego fue detenido en Eslovenia volvió a Rusia gracias al histórico intercambio de prisioneros entre Moscú y Occidente y fue recibido por el presidente, Vladimir Putin, quien recibió a los niños con un “buenas noches”, en español, ya que los chicos no hablan ruso porque desconocían sus verdaderos orígenes.
Por La Nación
Anna Valerievna Dultseva y Artem Viktorovic Dultseva, quienes durante años vivieron bajo los nombres de María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch, eran “ilegales”, es decir, agentes secretos entrenados para hacerse pasar por extranjeros y que viven fuera de Rusia bajo identidades encubiertas durante años, confirmó este viernes el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
Los Dultseva estaban presos en Eslovenia, condenados por hacerse pasar por argentinos para espiar al estado miembro de la Unión Europea y la OTAN, y fueron dos de los ochos rusos devueltos a Moscú por el intercambio de prisiones concretado este jueves después de meses de negociación.
Estos dos agentes fueron condenados esta semana a un año y medio de prisión por “espionaje y falsificación de documentos” en Eslovenia.
La pareja, que se presentó en el juicio como Ludwig Gisch y Maria Rosa Mayer Muños y se declararon culpables, llegó a Eslovenia en 2017 con pasaportes argentinos y vivían en la capital, Liubliana, con sus hijos, utilizando una galería de arte como pantalla.
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