El expresidente colombiano Iván Duque sugirió este domingo la posibilidad de que el Tribunal Supremo (TSJ) ordene la repetición de la elección presidencial en Venezuela, aferrándose a la tesis del supuesto “ataque cibernético” que no ha sido demostrado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
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Según Duque, este sería el planteamiento del presidente Gustavo Petro, enfrascado en conversaciones con la cúpula chavista para aligerar tensiones.
A continuación, la explicación íntegra del exmandatario colombiano expresada en sus redes sociales:
“Se habla de que en el interior del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela se estaría estudiando la posibilidad de declarar nulas las elecciones, dado que la data pudo haberse corrompido debido al “ataque cibernético” que Maduro quiere utilizar como cortina de humo.”
¿Por qué este es un escenario estratégico y posible para la dictadura?
1. El TSJ ordenó al CNE, entre otras cosas, que le suministrara toda la información técnica que dé fe del “ataque cibernético” del cual el CNE afirma haber sido víctima el domingo 28 de julio, razón por la cual no ha podido suministrar las actas.
2. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, sugeriría repetir las elecciones para ayudar a Maduro, y se está buscando que México y Brasil hagan lo propio.
Ahora bien, ¿sobre qué elementos probatorios el TSJ daría este dictamen?
El TSJ afirmará que consultó a una o dos empresas especializadas en ciberseguridad y que, tras analizar toda la información técnica suministrada por el CNE sobre el “ataque cibernético”, concluyó que efectivamente ocurrió, y que, como consecuencia, una parte significativa de los datos fue corrompida. Conseguir un informe técnico forense de ciberseguridad de una empresa especializada no les será difícil; dinero no falta, y el dinero lo compra casi todo.
Al estar los datos corrompidos, estos no reflejan con certeza y veracidad la voluntad expresada, lo que justificaría administrativa y legalmente que los boletines emitidos por el CNE fueron basados en información corrompida por el “ciberataque”, liberando al Sr. Amoroso y a los rectores del CNE de responsabilidad legal, al no haber intencionalidad de favorecer a uno de los candidatos, sino que su decisión se basó en cifras no reales y corrompidas.
Dirán que especialistas en ciberseguridad así lo confirman. Por lo tanto, decretarán de obligatorio cumplimiento lo siguiente:
1. Ordenar al CNE desproclamar a Maduro, lo cual disminuiría la presión nacional e internacional.
2. Ordenar al CNE realizar una nueva elección presidencial para la primera quincena de diciembre de 2024.
Esto permitirá al chavismo salir del rincón donde está arrinconado y reorganizar sus fuerzas. Tendrán un período de cuatro meses para corregir todas las fallas, blindar el sistema y garantizar su triunfo en diciembre.
3. Ordenar al gobierno garantizar a la oposición las condiciones y garantías para el desarrollo de su campaña electoral.
4. Ordenar al gobierno la liberación inmediata de todas las personas que fueron retenidas como consecuencia de las manifestaciones, lo cual daría un alivio social.
En definitiva, con esta decisión, el TSJ juega el papel de “policía bueno” y “sabio”, cuya decisión produciría de inmediato los siguientes efectos:
A. Congelar la situación, ya que no habría motivos para protestar.
B. Quitar el sesgo de fraude, dado que los datos utilizados fueron alterados por el ciberataque.
C. Complacer a un sector de la ‘Comunidad Internacional’, garantizando un nuevo proceso y anulando el actual.
D. Dar al régimen cuatro meses para que se blinde y pueda garantizar su victoria en diciembre.
Este plan debe evitarse. Edmundo González es el presidente elegido por el pueblo, como lo demuestra el 82 % de las actas publicadas por los valientes testigos electorales de la resistencia democrática. Este resultado evidencia un triunfo abrumador. El veredicto del pueblo debe ser respetado. ¡No más trampas de la dictadura! ¡Venezuela libre!”