El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se despidió la noche del lunes con un emotivo discurso y tras una extensa ovación en la Convención Nacional Demócrata en Chicago, en donde le pasó la batuta electoral a su vicepresidenta Kamala Harris para competir por la Casa Blanca.
“Estados Unidos, les di lo mejor de mí”, dijo el mandatario de 81 años, citando la canción “American Anthem”, de Gene Scheer, que fue grabada por Norah Jones y que también evocó en su discurso de llegada a la Presidencia en 2021.
“Cometí muchos errores en mi carrera, pero les dí lo mejor de mí”, insistió.
Biden, quien desistió de su aspiración a la reelección en julio acosado por críticas a su avanzada edad, no dejó pasar la espina en su garganta. “Me han dicho que era muy joven para estar en el Senado por no tener 30 años, y muy viejo para seguir como presidente”, dijo, arrancando risas de la audiencia.
“Pero espero que sepan lo agradecido que estoy con todos ustedes”, completó.
El mandatario fue recibido a gritos de “¡Amamos a Joe!” y “¡Gracias, Joe!” por miles de simpatizantes de pie.
A pesar de los momentos nostálgicos con los que capituló medio siglo en la escena política, el discurso de una hora de Biden fue esencialmente enérgico, a ratos bravío, enfocado en la lucha que Harris y el partido tienen por delante contra el expresidente republicano Donald Trump en los comicios de noviembre.
El mandatario atacó directamente a Trump e instó a los votantes a elegir para la Casa Blanca a “una fiscal en lugar de a un delincuente convicto”, en referencia a el antiguo rol de Harris y al veredicto emitido contra el magnate en Nueva York en uno de los casos judiciales que tiene en su contra.
“La democracia prevaleció, y ahora la democracia tiene que ser preservada”, dijo Biden, tras acusar a Trump de promover el odio.
“No hay lugar en Estados Unidos para la violencia política”, dijo el presidente, quien pidió a los demócratas a continuar “avanzando, y no retrocediendo”.
“¿Por qué se retiró?”
Presentado por su hija Ashley, Biden apareció de traje y corbata azul. Se le vio por segundos secando algunas lágrimas, al igual que Harris, quien más temprano apareció en escena brevemente para dar inicio a la cita agradeciendo al mandatario, a quien calificó de “increíble”.
Varios de los presentes lloraron durante la agridulce noche de Biden.
“El discurso fue increíble”, dijo Alexis Rossum, de Louisiana. “Creo que hizo un gran trabajo emocionando a todos, repasando sus logros y los de Kamala, nos impulsó a votar y nos aseguró que estamos en el camino correcto”, añadió.
“Él le entregó las riendas a una joven y vibrante fiscal que está lista para actuar”, consideró Azziem Underwood, de Seattle. “Se veía bien, pensé ‘¿por qué se retiró? Se veía excelente hoy'”, explicó.
Más temprano, destacando entre varias figuras del partido, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton emocionó a la audiencia con un discurso optimista. “Algo está pasando en Estados Unidos (…). Algo por lo que hemos trabajado y hemos soñado durante mucho tiempo”, dijo.
Pero la política, quien perdió las presidenciales contra Trump en 2016, advirtió del desafío por delante y pidió “trabajar más duro que nunca”.
Clinton instó a frenar “los peligros que Trump y sus aliados representan”, y dijo que el republicano hizo “su propio tipo de historia: el primer candidato a la presidencia convicto por 34 cargos”.
A lo que la audiencia respondió a coro: “¡Enciérrenlo!, ¡enciérrenlo!”.
Además de los espaldarazos políticos, la convención demócrata abrió espacio a voces a favor del acceso al aborto, principal tema de la plataforma de Harris, y una piedra en el zapato de los republicanos.
“Tienen un punto”
Pero a pesar de la imagen de unidad y emoción que los demócratas quieren pasar en su convención, el sentimiento no es unánime.
Unos treinta delegados que integran el movimiento “No comprometido” llegan a la cita incomodados por la posición del gobierno Biden-Harris en torno a la guerra en Gaza.
Asma Mohammed, delegada de Minnesota, dijo estar decepcionada por la falta de una voz propalestina en la convención, y se mostró una voz disonante en la despedida simbólica de Biden.
“Creo que el partido necesitaba un cambio. No me da tristeza que se vaya alguien que ha apoyado sin reparos a un régimen genocida en Israel”, dijo.
El grupo es una pequeña minoría, considerando que la cita cuenta con casi 5.000 delegados, pero la causa ha hecho ruido, con unas mil personas protestando en el centro de Chicago este lunes por la represalia israelí contra Hamás en Gaza, que ha dejado más de 40.000 fallecidos.
Biden, de forma sorpresiva, reconoció el descontento en su discurso.
“Esos manifestantes en la calle, tienen un punto. Mucha gente inocente ha sido asesinada, en ambos lados”, comentó.
“Seguiremos trabajando para traer a los rehenes a casa y poner fin a la guerra en Gaza” entre Israel y el movimiento islamista Hamás, prometió.
AFP