Políticas opositoras de Bolivia, incluida la expresidenta transitoria Jeanine Áñez (2019-2020), expresaron este jueves su repudio a la “violencia sanguinaria” que consideran que ejerce el Gobierno de Nicolás Maduro y la “insensatez cómplice” del oficialismo boliviano con el “fraude” en las elecciones en Venezuela.
Esta posición fue expresada en un pronunciamiento de las ‘Mujeres por la Democracia – Bolivia’ firmado por quince bolivianas, entre senadoras y diputadas de las fuerzas opositoras Comunidad Ciudadana (CC) y Creemos, exministras y activistas políticas, además de la exmandataria interina y su hija Carolina Ribera.
Las opositoras señalaron que un mes después de las elecciones presidenciales en Venezuela, “Bolivia revive con dolor” lo que “sufre” actualmente el país caribeño y recordaron la crisis social y política en la que estuvo sumida la nación andina tras los comicios generales celebrados en 2019.
En esas elecciones, el entonces presidente Evo Morales (2006-2019) fue proclamado ganador inicialmente, pero los resultados fueron anulados después por las denuncias de un posible fraude electoral a su favor, lo que desató protestas que derivaron en la renuncia del mandatario, que por su parte dijo ser víctima de un “golpe de Estado”.
Las bolivianas mencionaron que, como ocurre hoy en Venezuela, ese “fraude electoral” en Bolivia generó la “protesta pacífica” ciudadana y actualmente “los defensores de la democracia son perseguidos y presos políticos del régimen”.
“Repudiamos la violencia sanguinaria de Nicolás Maduro y la insensatez cómplice y a coro de Evo Morales Ayma y Luis Arce Catacora, comprometiendo al Gobierno de Bolivia nuevamente con el fraude, al desconocer la decisión soberana y democrática del hermano pueblo venezolano”, señalaron.
También, destacaron la “organización ciudadana impecable” que permitió a la oposición venezolana conseguir el 85 % de las actas oficiales de los comicios del pasado 28 de julio y dar como ganador al abanderado opositor, Edmundo González Urrutia, “frente a la operación judicial de Maduro de esconder su megafraude tras una sentencia fraguada”.
Las políticas bolivianas sostuvieron que “la tiranía de Nicolás Maduro ha sido derrotada por la soberanía popular”, por lo que “corresponde la transición inmediata al cambio de gobierno de Venezuela”.
“Sin embargo, como en las últimas décadas, el tirano ha ordenado la persecución, el encarcelamiento y la tortura de miles de hombres y de mujeres libres y el exilio desgarrador de casi ocho millones de venezolanos”, alertaron.
Además expresaron su solidaridad con González Urrutia y con la líder opositora María Corina Machado.
Arce y Morales son aliados políticos de Maduro y le han felicitado por su declarado triunfo en los comicios venezolanos, lo que les ha valido la crítica de sus detractores.
La semana pasada, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela validó los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que proclamó ganador a Maduro para un tercer sexenio consecutivo en el poder.
La ratificación de los resultados fue calificada de fraude por la oposición mayoritaria, que insiste en la “victoria” de González Urrutia.
Varios gobiernos de la región como Argentina, Costa Rica, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, manifestaron su posición de no avalar la posición de la Justicia venezolana sobre los recientes comicios presidenciales en Venezuela.
Esos países pusieron en duda el fallo de la corte venezolana, sobre la que alertaron de su “falta de independencia e imparcialidad”. EFE