Cruz Roja homenajea con una muestra a migrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién

Cruz Roja homenajea con una muestra a migrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién

Fotografía de archivo fechada el 14 de septiembre de 2023 de migrantes mientras cruzan el río Turquesa, en Darién (Panamá). Panamá supera el umbral de las 400.000 personas llegadas al país a través de la selva del Darién en su viaje irregular hacia Norteamérica, un registro inédito que muestra la magnitud de una creciente crisis migratoria en América que se intenta atajar con más deportaciones. EFE/ Bienvenido Velasco ARCHIVO

 

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) inauguró este miércoles en su sede central en Ginebra una exposición sobre el drama de los cientos de migrantes que cada día intentan cruzar el Tapón del Darién, que separa a Panamá de Colombia y se ha convertido en una de las travesías migratorias más peligrosas del mundo.

Bajo el título “Voces de la Selva”, la exposición muestra 25 fotografías de, entre otros, el laureado fotoperiodista de The New York Times Federico Ríos, pero también presenta objetos que muchos migrantes dejaron tras cruzar esa selva, desde una mochila a un peluche o zapatos cubiertos de barro.





“Gran parte de los migrantes nos cuentan cuando son atendidos por la Cruz Roja que de haber sabido a experiencia que iban a tener, no volverían a arriesgarse a atravesar el Darién”, contó a EFE el presidente de la Cruz Roja Panameña, Elías Solís, presente en la inauguración de la muestra.

Como describen las fotografías, los migrantes tienen que atravesar en el Parque Nacional de Darién, el único paso posible por tierra entre América Central y del Sur, donde la Carretera Panamericana se corta, 97 kilómetros de densos pantanos, bosques tropicales, ríos caudalosos y montañas.

Cruzar la selva cubiertos de lodo

Un viaje que puede durar días pero también semanas si las condiciones meteorológicas no son las mejores, y sin posibilidad de aprovisionarse de alimentos o agua en el camino: las imágenes muestran a migrantes cubiertos completamente de lodo, sedientos, heridos, pero también sonrientes tras cruzar el Darién.

“Es un viaje por la selva en el que no hay ninguna instalación sanitaria pero que se ve además dificultado por las inclemencias del tiempo como lluvias y tormentas, o el riesgo de ataques de animales salvajes”, explicó el presidente de la Cruz Roja Panameña.

FICR no maneja cifras de muertos y desaparecidos en un lugar que por su carácter inhóspito no permite a cuerpos de protección civil recuperar a quienes no logran superar esa dura travesía.

Sin embargo, la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM) confirmó al menos 48 víctimas en 2023, lo que la convirtió en la tercera ruta más mortal de las Américas sólo por detrás de la que atraviesa la frontera entre México y Estados Unidos (que a menudo es una etapa más de los que pasaron por el Darién) y la marítima a través del Caribe.

Solís explicó que Cruz Roja ha construido en la localidad de Real de Santa María, en el extremo norte del Darién, nichos para guardar los restos de fallecidos que sí han podido ser recuperados pero que nunca pudieron ser identificados.

No sólo lo intentan latinoamericanos

La travesía por la selva, que suele comenzar en localidades colombianas como Necoclí, Capurganá a Acandí, es iniciada por muchos migrantes venezolanos, brasileños, ecuatorianos y de otros países de la región, pero también por personas de procedencias mucho más lejanas como Asia o África (una de las fotografías muestra el pasaporte indio de uno de ellos).

“Un inmigrante venezolano nos contó que llevaba cinco días junto a una familia siria que había llegado al Darién desde Brasil, donde la madre contó que tuvo que ocultar a dos de sus tres hijas en una maleta”, recordó Solís.

En 2023 atravesaron el Darién unos 500.000 migrantes, cinco veces más que todos los que hicieron esa ruta en toda la década pasada, y Cruz Roja atendió en sus estaciones de recepción migratoria a más de 20.000 con diversos problemas derivados del complicado viaje.

“Los principales problemas que atendemos son malestares estomacales porque muchos toman agua de los ríos, pero también laceraciones o heridas en las extremidades. También hay muchos traumas psicológicos, y casos de violencia sexual”, indicó el presidente de la Cruz Roja Panameña.

La exposición también recuerda que en la zona del Darién viven comunidades de unos 66.000 indígenas como los emberá o los wounaan, para quienes la conversión de la zona en una ruta de fuerte afluencia de migrantes (alrededor de un millar cada día inician esa travesía) también conlleva desafíos. EFE