En Bournville, un pintoresco pueblo inglés, se ha mantenido una prohibición de alcohol durante más de 120 años. Esta norma, establecida por la familia Cadbury, quienes eran cuáqueros y adherentes al Movimiento de la Templanza, sigue vigente hasta hoy, asegurando que no haya pubs ni licencias para vender alcohol en la zona. Los locales optaron por mantener esta regla para mantener una atmósfera calmada y pacífica, así como para promover el turismo en el área. Neil Harrison, un residente de 73 años, comentó a Daily Mirror que “las personas aquí no extrañan no tener un pub, es lo aceptado y hace que sea un lugar más deseable para vivir”.
Por: El País
El medio Secret Birmingham reforzó esta narrativa, explicando que el modelo de villa fue construido en el siglo XIX específicamente para los empleados de Cadbury. Aunque históricamente no se ha vendido alcohol dentro de los límites del pueblo, una tienda llamada Mary Vale News & Wine logró obtener una licencia en 2015, aunque esto no ha afectado el status de pueblo “seco”. La Bournville Village Trust, que mantiene la visión original de George Cadbury, sostiene que “solo puedes beber todo lo que quieras dentro de la privacidad de tu hogar”.
Cómo es vivir en Bournville
The Independent relató la experiencia de un periodista que intentó conseguir una bebida en el Old Farm Hotel durante una visita nocturna. A pesar de entrar por la puerta delantera, fue rechazado por la barista debido a leyes estrictas de licenciamiento que permiten servir bebidas solo a los residentes del hotel y a los clientes del restaurante. La estructura social y las reglas de Bournville crean un entorno que algunos consideran arcaico, pero otros ven como un refugio seguro. Un extrabajador de Cadbury, Michael Goral, le comentó al medio: “Algunas personas quieren mantener las viejas costumbres, pero hay que adaptarse a los tiempos”.
Los residentes de Bournville, incluidos jubilados y familias, defienden las reglas estrictas de la Bournville Village Trust, las cuales incluyen la prohibición de publicidad y la regulación de las renovaciones de viviendas para preservar la singularidad del lugar. Según The Sun, Harrison mencionó las ventajas del pueblo: “Hace que sea un lugar más deseable, no tenemos matones borrachos saliendo de los pubs”. La paz y seguridad del lugar es un componente crucial para la comunidad que insiste en mantener la tradición de Cadbury: “Vivimos con ello y no es una dificultad”.
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