La carrera hacia la exploración lunar continúa avanzando con innovaciones cada vez más ambiciosas, y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), EEUU, ha dado un paso audaz con su proyecto Momo, un hábitat autoensamblable que tiene el potencial de cambiar la manera en que los humanos vivirán y trabajarán en la Luna.
Por infobae.com
Este hábitat está diseñado para proporcionar un espacio seguro y eficiente a los astronautas, tanto en misiones a corto plazo como en asentamientos más permanentes.
Con miras a apoyar el programa Artemisa III de la NASA, que planea el próximo aterrizaje tripulado en la Luna para finales de 2026 o principios de 2027, Momo no solo cumple con esas necesidades inmediatas, sino que también sienta las bases para la colonización lunar a largo plazo.
El proyecto Momo representa una colaboración sin precedentes entre algunos de los departamentos más destacados del MIT, como el Departamento de Arquitectura, AeroAstro y el MIT Media Lab.
Además, este proyecto involucra a instituciones de renombre como el Centro Marshall de Vuelos Espaciales, el Centro Espacial Johnson de la NASA, la empresa privada SpaceX y el Laboratorio Nacional Brookhaven.
Esta alianza multidisciplinaria no solo refleja la magnitud del desafío que plantea la habitabilidad en el espacio, sino también la necesidad de integrar arquitectura, ingeniería aeroespacial y tecnología de vanguardia para hacer viable una presencia humana sostenida en la Luna.
Modularidad y eficiencia
Uno de los mayores desafíos a la hora de desarrollar un hábitat lunar es el transporte de materiales desde la Tierra hasta la Luna. Conscientes de esto, los diseñadores de Momo se centraron en dos objetivos clave: maximizar la eficiencia del empaquetado para aprovechar al máximo el espacio de carga en la nave Starship HLS de SpaceX y garantizar la modularidad del hábitat. Esto significa que Momo puede ser plegado de forma compacta y desplegado fácilmente en la superficie lunar, utilizando el mínimo espacio y energía posible.
Cada módulo de Momo está fabricado con un marco de aluminio y recubierto con una membrana de polietileno de alta densidad, una combinación que proporciona protección contra la intensa radiación en la superficie lunar, sin comprometer la ligereza del hábitat, algo esencial para los viajes espaciales. Además, la modularidad permite personalizar los diferentes espacios del hábitat según la necesidad de la misión, ya sea una esclusa de aire, una ventana, un panel fotovoltaico o incluso un espacio recreativo.
Una de las características más innovadoras de Momo es su capacidad de autoensamblarse, una solución ideal frente a las dificultades que presentan los trajes espaciales actuales. Dado que los trajes de actividad extravehicular (EVA, por sus siglas en inglés) son voluminosos y limitan la movilidad de los astronautas, realizar una construcción manual en la Luna sería un proceso complejo y prolongado. Para mitigar esto, el hábitat ha sido diseñado para desplegarse automáticamente al llegar a la Luna, lo que reduce significativamente la intervención humana en el proceso de montaje.
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