De la Filarmónica a la ONU: La historia de una venezolana que se convirtió en un fenómeno inspirador en Austria

De la Filarmónica a la ONU: La historia de una venezolana que se convirtió en un fenómeno inspirador en Austria

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Desde Maturín, una joven entusiasta emigró a Viena con la meta de conquistar los escenarios sinfónicos. Llegar a la capital mundial de la música clásica con un violín bajo el brazo y sueños en la maleta suena como el inicio de un camino exitoso, pero para Jezeli Salazar, la travesía fue mucho más desafiante. Aunque se reinventó en un país donde el alemán era apenas uno de sus mayores obstáculos, el destino tenía otros planes para ella. Su ímpetu y talento la llevaron a un bufete de abogados y a una brillante carrera diplomática.

Hoy, es una profesional destacada gracias a su desempeño en la Misión Permanente ante la ONU. Además, junto a su pareja fundó una innovadora empresa de realidad virtual y aumentada que ha ganado prestigiosos premios internacionales, incluso uno avalado por expertos de Harvard. Pero su versatilidad no se detiene ahí: es la voz detrás del canal de YouTube más visto sobre leyes de migración en Austria. En esta conversación con La Patilla, la criolla reveló cómo cambió el ritmo de su vida y habló sobre nuevos proyectos que prometen dejar huella.





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Jezeli se encontraba en la cúspide de su carrera musical a los 24 años. Como violinista, había logrado el sueño de cualquier instrumentista que aspira a la estabilidad y el reconocimiento en el escenario artístico, obtener un lugar fijo en la Orquesta Filarmónica Nacional de Venezuela. 

“Dos años antes de emigrar, había ganado una plaza como violinista fija y por lo tanto estaba dedicada principalmente a eso, al área musical”, afirmó Jezeli. Sin embargo, también había culminado su carrera en derecho, lo que le permitió ejercer brevemente como abogada. Pero su verdadera pasión era la música, herencia de una familia que vivía entre partituras y acordes.

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Criada en un hogar de músicos, su destino parecía forjado desde la cuna. “Mis padres nos inculcaron el tema de los instrumentos, de aprender a leer partituras, porque fueron fundadores del Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela cuando el maestro José Antonio Abreu decidió empezar este proyecto en los diferentes estados del país”, explicó con evidente orgullo. 

Rodeada de instrumentos, desde pequeña aprendió a amar la música, y fue el violín el que capturó su corazón. “Tocar en la Nacional de Venezuela fue un sueño hecho realidad y de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, algo que jamás voy a olvidar y llevaré conmigo siempre”, recordó. Con todo, el deseo de seguir avanzando la llevó a preguntarse si había algo más allá del éxito que ya había alcanzado en su tierra natal.

La cuna de Mozart

La inquietud por sumar otras experiencias y el anhelo de seguir perfeccionando su arte llevaron a Jezeli a tomar una decisión audaz: emigrar a Austria. “Sentía que ya había llegado a un techo en mi vida”, comentó. Con el apoyo de amigos músicos que ya vivían en Viena, se embarcó en esta aventura al viejo continente. Austria, el país de grandes compositores, se convertiría en su nuevo hogar.

“Esta es la casa de Mozart, donde están los museos de todos esos grandes compositores de música clásica, y para mí venir a Austria era como lo máximo que yo podía hacer en el área musical clásica. No lo pensé dos veces y me vine”.

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No obstante, la vida en un país extranjero fue difícil. El idioma, la cultura y las diferencias sociales presentaron desafíos que Jezeli nunca anticipó. Pero más allá de eso, su talento y determinación le abrieron puertas en el conservatorio de Viena donde continuó su formación musical. Un maestro la escuchó tocar y le ofreció una oportunidad invaluable: estudiar bajo su tutela.

Jezeli enfrentó retos desde el momento en que aterrizó en suelo austriaco. “Acá se habla alemán, no tenía ningún conocimiento, pero ni ‘hola’ sabía decir”, confesó. El idioma fue una barrera monumental para la joven venezolana, que, aunque había hecho un curso básico de inglés, se encontraba completamente perdida entre las señales y rostros desconocidos. 

“Me frustraba porque no podía hacer nada sin alguien que me tradujera. Aprendí que si decidí venirme, tenía que asumir el reto de aprender el idioma local  y a la brevedad posible para salir adelante”, narró.

Entre partituras y leyes

Aunque su sueño era formar parte de una orquesta, pronto descubrió que la vida de un músico en Austria no era tan estable como imaginaba. “En Venezuela somos privilegiados, todos los músicos pueden tocar en una orquesta de por vida (…) Aquí en Austria te llaman cada dos semanas para que vayas a un proyecto y el resto del mes está sin trabajo, entonces no puedes vivir de eso porque no estás estable”.

La oriental también aceptó que su nivel musical no estaba a la altura de los estándares internacionales. “Aquí hay músicos rusos, chinos, alemanes que traen una técnica increíble, impecable, más al estilo vienés y que tenían mucho más chance que yo”, admitió. Pero lejos de desanimarse, Jezeli se permitió ser realista y, aunque doloroso, decidió que era momento de cambiar de dirección. 

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Este contraste la llevó a reconsiderar su futuro, sabiendo que no podría encontrar la estabilidad que tanto anhelaba. “Si pierdo el tiempo como inmigrante me va a agarrar los años aquí y no habré logrado nada”, consideró, y así tomó la valiente decisión de dejar la música profesionalmente.

“Sabía que no podía vivir de sentimientos, de ganas y de una pasión nada más. Creo que hoy día como está el mundo, debemos vivir de cosas que aparte que nos apasionen de verdad, nos generen ingresos y Austria es un país bastante caro, de mucha competencia en intelecto, y no quería tener una vida precaria económicamente. Por eso, decidí cambiar mi carrera, aún cuando me di cuenta que iba a dejar la música para siempre y fue algo que me conmovió mucho”, añadió. 

A pesar del sacrificio, el espíritu de lucha de Jezeli la llevó a descubrir una nueva pasión, el derecho. Al validar su título como abogada en Austria, encontró su lugar en un bufete legal. “Lo más difícil fue que me dieran la oportunidad, porque soy inmigrante, no tenía el idioma local a nivel nativo”, mencionó. 

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Aún así, su experiencia previa y el compromiso con la comunidad latina le abrieron puertas. “Se dieron cuenta que estaba haciendo un trabajo de hace muchos años y les gustó lo que estaba haciendo. Había trabajado en una organización de forma voluntaria también, entonces esto les gustó mucho a ellos, y bueno, actualmente manejo el área de español de ese bufete de abogados, todas las asesorías, los procesos y los casos de latinos”. 

Su capacidad de adaptación fue esencial en su éxito dentro del bufete. Mientras combinaba la rigurosidad del ambiente laboral austriaco con la calidez y cercanía propias de la cultura latina, logró forjar una conexión única con sus clientes. “El latino te puede pagar cualquier servicio si lo tratas bien, y eso es algo que he llevado a mi trabajo. Les digo: ‘Te entiendo, pasé por eso, también soy inmigrante’. Eso es lo que ha hecho que yo conecte como asesor acá en Austria”.

Un sueño cumplido

Desde pequeña, Jezeli anhelaba tener un empleo en la Organización de las Naciones Unidas. De hecho, lo mencionaba con frecuencia, incluso en sus redes sociales. “Siempre soñé con trabajar para la ONU y cuando llegué a Austria y vi que aquí quedaba una sede, dije: ‘algún día voy a trabajar ahí’”, señaló. Pero materializar aquella ilusión fue un reto complejo. Al principio, sus solicitudes a las embajadas no recibían respuesta, ni siquiera de las latinoamericanas. Pero la perseverancia y la preparación fueron sus mejores aliadas.

“Nunca me tomaban en cuenta, ni siquiera me contestaban. Hasta que me citaron a la entrevista y fue en tres idiomas: alemán, español, inglés”. Este proceso, lejos de ser sencillo, le dejó un gran aprendizaje.“Las cosas a veces no se dan para ti porque no estás preparado. Si me hubiesen llamado antes, no hubiese quedado en el cargo porque no hablaba alemán ni inglés al nivel requerido”.

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En esa entrevista, su perfil de abogada y sus conocimientos en la música fueron clave. Jezeli cubría los requisitos esenciales, pero también ofrecía algo más. “Cuando les dije que era músico, fue la cereza del pastel”, destacó. En Austria, un país donde la cultura es fundamental, su faceta artística sumó un valor diferencial. La posición en la embajada apresuró el comienzo de una carrera llena de nuevas experiencias y logros.

Además de su cargo a tiempo completo en la ONU, Jezeli fue contactada por un bufete de abogados, donde actualmente también dedica su esfuerzo y tiempo con esa energía propia de los inmigrantes venezolanos que no se rinden. “Trabajo en la Misión Permanente de la Embajada ante la ONU y en un bufete de abogados en las noches al salir de la Embajada, y bueno, ‘echándole pichón’ a la vida”.

Faceta de empresaria

Pero Jezeli no se limita a la abogacía. Junto a su pareja, fundó VARS (Virtual and Augmented Reality Studio), una empresa pionera de realidad virtual y aumentada en Austria. “Mi pareja estudió arquitectura aquí en Austria y se dio cuenta del potencial de esta tecnología para el turismo”, enfatizó. 

Lo que inició como una cuenta de Instagram para mostrar proyectos personales, se convirtió en una marca prestigiosa. “Hoy día hemos recibido galardones a nivel mundial, como el Global Surgical Training Challenge, un premio que contó con el apoyo y un jurado compuesto por expertos en la medicina de Harvard, el MIT, entre otros. Además, VARS también ha ganado otros premios en el área del turismo en Europa como los World Summit Awards a mejor proyecto AR de turismo, mejor potencial de negocio por la ciudad de Graz, Austria y jóvenes innovadores de Europa 2020”.

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Por otra parte, la venezolana aseguró que fundar una compañía en medio de una cultura empresarial distinta significó un desafío más, pero al mismo tiempo una garantía de crecimiento. Jezeli y su pareja comprendieron que en Austria las promesas se cumplen al pie de la letra y que la calidad es un aspecto no negociable. “Ofrecer un servicio al nivel de acá y algo innovador era lo que nosotros necesitábamos hacer para poder diferenciarnos”.

La exigencia en Austria es alta, y más aún para la comunidad extranjera. Sin embargo, Jezeli y su pareja lograron adaptarse a este entorno, conscientes de que cualquier desliz, por pequeño que fuera, podría afectar su credibilidad. “Es un país donde el desarrollo y el profesionalismo están a un nivel muy alto y tienes que dar la talla si quieres entrar en el mercado empresarial”, reflexionó.

En cuanto al idioma, otro obstáculo para muchos inmigrantes, fue superado gracias a la formación previa de esta dupla creativa. Jezeli, quien maneja el área de marketing de la empresa, y su pareja, el desarrollador principal, lograron integrarse en la competitiva industria austriaca. “Si no hablas el idioma como ellos, se pierde un poco el respeto hacia ti”, contó. Afortunadamente, ambos dominan el alemán e inglés, lo que les permitió derribar limitantes y evolucionar.

Una red en ascenso

Jezeli es una venezolana multifacética capaz de emprender varias actividades a la vez. Además de sus labores profesionales, creó un canal de YouTube que nació de la necesidad de compartir su experiencia con otros latinos. Después de responder preguntas sobre cómo emigrar a Austria, se transformó en un proyecto que la relacionó con una creciente audiencia internacional. “Llegué a un país donde no tenía amigos, no hablaba el idioma y de esa forma me conectaba con Latinoamérica, con mi gente”, manifestó.

El primer material audiovisual generó un impacto inmediato. “Cuando subí el video, empezó a tener muchas visualizaciones (…) Muchas personas necesitaban más información, ya no me preguntaban cómo emigrar, sino cómo hice la visa o cómo estudié el idioma”. Esta inesperada acogida la inspiró a transmitir su historia personal y profesional, al brindar información legal gratuita a quienes, como ella, buscaban un nuevo comienzo. “Para mí, también se ha convertido en ese granito de arena que puedo sembrar en el futuro de otras personas”.

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Actualmente, su canal de YouTube es una plataforma consolidada y alcanzó tanta popularidad que es el más visto en el tema legal de migración a Austria. “Lo que más me suelen preguntar es cómo emigrar, que si es posible venir con asilo, cuáles son las visas para estudiar, los requisitos de la universidad, creo que esas son las preguntas más frecuentes y ahí siempre estoy. Tengo muchos videos donde explico esos procesos y creo que es algo que puede ayudar a muchas personas”, dijo.

En busca de cumplir el sueño de su vida, la violinista y abogada se arriesgó en una aventura sin imaginar lo retos que enfrentaría. A partir de su afanada experiencia, no dudó en develar algunos consejos para aquellos venezolanos que consideran migrar a Europa, especialmente a Austria. “Mi recomendación es que estudien inglés, es la llave para que consigan un trabajito, a que puedan ‘echarle pichón’ a la vida por acá, estudiar un máster, una licenciatura en inglés”.

Paralelamente, Austria es un país famoso por su legado musical y su cultura refinada, no es un destino común para los latinoamericanos. Por esta razón, Jezeli recalca que la preparación es fundamental. “No es solo emigrar creyendo que van a venir y tener un trabajo y ya”, subrayó. Organizarse, conocer los procesos legales y estar listo para los retos culturales son elementos que, según ella, pueden hacer la diferencia entre una experiencia migratoria exitosa o un fracaso con serias consecuencias, como la deportación.

Austria & Du

Su capacidad para equilibrar dos mundos aparentemente tan diferentes, el de la música y el derecho, es asombrosa. Y a pesar de los obstáculos, la joven criolla nunca perdió de vista su deseo de ayudar a la comunidad latina. Su principal enfoque está en un nuevo proyecto Austria & Du (Austria y tú, en español). Explicó que esta organización está diseñada para brindar asesoría, apoyo psicológico y talleres a los migrantes en Austria.

“La embajada es un trabajo que me permite también conocer muchísimas personas, entender el sistema internacional en todos estos temas sociales. Pero sin duda lo que más me apasiona y en lo que deseo dedicarme a largo tiempo es en el área social para la comunidad latina en Austria”.

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Aferrada a sus ideas firmes y una visión prometedora en Austria, pero con el corazón en su país natal, Jezeli mira hacia un futuro colmado de optimismo. Está convencida de que su proyecto personal, Austria & Du, tiene el potencial de crecer y generar un impacto positivo sin abandonar su verdadero propósito: Ayudar a otros.

“Me veo en Austria con mis propios proyectos, apoyar a cientos de jóvenes que desean venir acá e incluso haciendo proyectos culturales con esa organización que estoy fundando ahora para resaltar nuestras raíces, nuestra cultura y nuestra música, finalizó.