Los cambios hormonales, principalmente una caída brusca del estrógeno, pueden reducir la densidad ósea y la producción de saliva, y dañar las encías. Todo eso puede afectar a sus dientes.
Por Laura Ungar / apnews.com
Los sofocos y sudoraciones nocturnas se encuentran entre los síntomas más infames de la menopausia. Pero es posible que también desee prestar atención a sus dientes y encías.
Los cambios hormonales, principalmente una caída brusca del estrógeno, pueden reducir la densidad ósea y la producción de saliva, y dañar las encías. Todo eso puede afectar a sus dientes.
Los expertos en cuidado bucal dicen que hay formas de contrarrestar estos efectos y mantener saludable la boca de las personas que están transitando la menopausia.
Menopausia, perimenopausia y síntomas dentales
La menopausia ocurre cuando una mujer pasa 12 meses consecutivos sin menstruar. Pero algunos de los problemas dentales relacionados con las hormonas podrían comenzar antes, durante la perimenopausia, cuando los ovarios producen gradualmente menos estrógeno, de acuerdo con la Maiara Hister-Cockrell, dentista de la universidad UT Health San Antonio, en Texas.
Una de las mayores preocupaciones es la menor cantidad de saliva, “uno de los fluidos más importantes de nuestro cuerpo”, dijo Sollecito. Cuando el flujo de saliva se vuelve lento, puede causar sequedad en la boca, lo que conlleva un mayor riesgo de dolor bucal, infecciones orales y caries. Esos riesgos son incluso más altos cuando las personas toman medicamentos para la hipertensión o la diabetes, que también pueden provocar sequedad en la boca, dijo Hister-Cockrell.
Menos saliva también significa menos enzimas que maten las bacterias y minerales que fortalecen los dientes, explicó la doctora Sally Cram, periodoncista en Washington, D.C.
Cuando la boca está seca, dijo, “esas bacterias proliferan y uno es más propenso a tener caries”. Y si la caries se agrava, es posible que se pierdan los dientes.
Las mujeres en esta fase de la vida también son más propensas a desarrollar enfermedad periodontal, cuando la placa y las bacterias se acumulan debajo de las encías y alrededor de los dientes.
Algunas personas experimentan el “síndrome de boca ardiente”. Hister-Cockrell dijo que una sensación de ardor puede extenderse a la lengua, el paladar y los labios.
“Como bien se pueden imaginar”, agregó Sollecito, “todo esto realmente podría salirse de control”.
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