Cientos de venezolanos se concentraron frente al Congreso español a inicios de septiembre cuando los diputados discutían el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo, y entre los manifestantes había camisetas y carteles en los que se podía leer ‘Ya casi Venezuela’. No era un simple anhelo, era la introducción de un movimiento que pretende “dar el paso a la liberación» y «cambiar el rumbo de Venezuela”.
Por ANDRÉS GERLOTTI SLUSNYS | ABC.es
Ninguna organización ha asumido públicamente el liderazgo de esta iniciativa, pero detrás de ella está Erik Prince, un ex SEAL de la Marina estadounidense, inversor y fundador -en 1997- de Blackwater, una empresa paramilitar que en el pasado ha recibido contratos millonarios por parte del Gobierno de EE.UU. para brindar servicios de seguridad y capacitación militar.
Uno de esos acuerdos fue el de proteger a los diplomáticos estadounidenses durante la guerra de Irak, y la compañía de mercenarios todavía es recordada por la masacre que provocaron, en 2007, cuando el personal abrió fuego contra una multitud en Bagdad, matando a 17 civiles iraquíes e hiriendo a muchos otros. Un incidente que causó la ira tanto de Irak como de EE.UU.
Tras la matanza cuatro de los empleados de Blackwater fueron condenados por homicidio. Pero para ese momento, Erik Prince ya había cambiado el nombre de la empresa a Academi -para intentar evitar la mala prensa-, y la había vendido. Aunque no por eso, Prince dejó de estar rodeado de polémicas; en 2019 violó un embargo de armas de la ONU al enviar un cargamento para apoyar a Khalifa Hifter, un exagente de la CIA que comandaba una milicia libia que pretendía derrocar al Gobierno. Según un informe de la ONU, obtenido por ‘The New York Times’, Prince -un colaborador leal de Donald Trump- había desplegado una fuerza de mercenarios armados con lanchas y aviones de ataque y capacidades de guerra cibernética en el este de Libia. Una operación que costó 80 millones de dólares y que, hasta ahora, no ha tenido consecuencias.
Otras de las controversias de Prince sucedió ese mismo año en Caracas, cuando se reunió con Delcy Rodríguez para ofrecerle un dispositivo de seguridad para los pozos de petróleo y minas de oro en el país.
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