La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, delineó este miércoles su estilo de comunicación “especial” frente al de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, y algunas prioridades para el inicio de su mandato, que promete conciliación y un giro “propio”, en su primera conferencia matutina.
“La mañanera del pueblo”, legado del expresidente López Obrador (2018-2024), comenzó a las 7:30 hora local (13:30 GMT), luego de la reunión del Gabinete de Seguridad de Sheinbaum.
Tras unas horas de haber asumido el cargo como la primera mujer mandataria de México, dedicó su primer mensaje a medios a la masacre de más de 300 estudiantes el 2 de octubre de 1968, lo que describió como una “obligación” personal, por ser “hija del 68”.
“Yo tenía 6 años solamente, pero para nosotros en la familia fue algo que vivimos personalmente”, narró, pues su madre, Annie Pardo, formó parte del movimiento como profesora del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Sheinbaum calificó como “triunfo de ese movimiento” la victoria electoral en 2018 de López Obrador, “que recupera justicia y derechos” para los mexicanos.
Por ello, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, leyó una disculpa pública “a nombre del Estado mexicano a todos los familiares que perdieron a alguien el 2 de octubre”.
Además, la consejera jurídica de la Presidencia, Ernestina Godoy, leyó el primer decreto del Gobierno de Sheinbaum, publicado este miércoles en el Diario Oficial de la Federación (DOF), que reconoce el suceso como “un crimen de lesa humanidad”.
Estilo de comunicación “especial”
Sheinbaum precisó que seguirá teniendo invitados en su conferencia matutina, donde informará de lunes a viernes sobre temas particulares de su Administración con una sección de preguntas de la prensa al final, al igual que su predecesor, quien realizó más de 1.400 de estos ejercicios de “transparencia”.
“El día de mañana, por ejemplo, vamos a tener las iniciativas constitucionales y de ley que vamos a enviar al Congreso para los derechos de las mujeres”, adelantó.
No obstante, Sheinbaum comentó que las “mañaneras” ahora se van a “desarrollar de una manera especial”, con nuevas y diferentes secciones dependiendo del día de la semana.
Los lunes habrá un segmento dedicado a la “vida saludable” para concientizar sobre los principales problemas de salud y alimentarios, y los martes serán de “humanismo mexicano y memoria histórica”.
En tanto, los miércoles presentará un “detector de mentiras”, similar al “¿Quién es quién en las mentiras de la semana?” de su predecesor para combatir las “noticias falsas”, pero ahora con la participación de la ciudadanía.
Los jueves, la sección estará dedicada a “las mujeres en la historia”, y los viernes se llamará “suave patria”, donde se hablará de temas que “hacen sentir orgullosos de ser mexicanos”, señaló Sheinbaum.
Transformación con “estilo propio”
En la sección de preguntas, Sheinbaum respondió a una carta de la excandidata opositora Xóchitl Gálvez, quien el martes le hizo un llamado a poner fin a la “polarización” en el país.
La presidenta mostró una encuesta del diario El Universal, donde 73 % de la población opinó que los comentarios de Sheinbaum ayudan a unir a los mexicanos, cuatro puntos arriba del 69 % que alcanzó el expresidente López Obrador, a quien también superó en porcentaje de votos.
“Hay una gran mayoría que dijo en su momento que quiere que continúe la transformación, a nuestro estilo propio, obviamente, y con los énfasis que vamos a dar, pero evidentemente continúa la transformación, y vamos a lograr la paz y la seguridad en México”, aseveró la mandataria.
Además, Sheinbaum reiteró su posición ante la reforma judicial recientemente aprobada para elegir por voto popular a los jueces, y llamó a los trabajadores judiciales a finalizar el paro.
Asimismo, remarcó su postura en la relación diplomática con España, donde pidió a la Corona “recapacitar” sobre la disculpa pública solicitada por el expresidente que también sostiene Sheinbaum.
Con preguntas de seis periodistas elegidos por la presidenta, la primera “mañanera” de Sheinbaum duró poco menos de una hora y media, a diferencia de las conferencias de López Obrador que llegaban hasta tres horas en su último año de mandato. EFE