El pueblo que premia al hombre más feo del mundo: dónde queda y quién ganó esta edición

El pueblo que premia al hombre más feo del mundo: dónde queda y quién ganó esta edición

Las calles de Piobbico recibió el año pasado cerca de 6000 visitantes que presenciaron la elección del presidente de los feos (Fuente: Instagram/@clubmondialedeibrutti_official)

 

Al igual que la belleza se premia con diferentes concursos alrededor del mundo, en Piobbico, Italia, se realiza todo lo contrario. Acá la fealdad es lo importante. Este pueblo de poco más de 3000 habitantes desarrolla anualmente la entrega del título al presidente de los “más feos” de ese país y del mundo. Cuál es la historia que le dio origen y qué rol tendrá el nuevo mandatario electo entre la comunidad.

Por: La Nación 

Este homenaje, que intenta premiar a las personas que se consideran feas, nació en 1879 en el Brutti Bar o “Bar de los Feos”. Allí se reunían aquellas solteronas en busca de un hombre que las ame. En aquel entonces, no casarse podía considerarse como un problema económico y el matrimonio se veía como una solución.

Allí solo acudían las personas que eran señaladas por todos como “poco agraciadas”, porque no tenían un acompañante. Y el bar representaba su refugio para sociabilizar y hallar el amor de sus vidas. En 1960 se relanzó bajo el nombre de la Asociación Nacional de los Feos y se autoproclamó como el pueblo con los feos más feos del mundo. Una década después, un programa de la RAI mostró este concurso como un “acto de rebeldía” y desde ese entonces, se volvió la meca para muchos.

Con el correr de los años ganó relevancia y atrajo la atención de personas de todo el mundo. Su primer gran auge fue en 1995, cuando alcanzó los 18.000 miembros y para 2005 superó los 20.000. El objetivo es concientizar sobre los problemas de la gente fea, en particular los sectores donde la apariencia puede jugar un rol preponderante, como a la hora de conseguir una pareja o incluso un trabajo.

Con la notoriedad ascendente, muchos “brutti” de países cercanos comenzaron a enviarles cartas y fotos, en la que relataban sus vidas penosas, en particular porque eran discriminados en sus pueblos de origen. En la actualidad, esas cartas permanecen guardadas dentro de la agencia como un recuerdo vital de la historia de la comunidad.

El origen del presidente de los feos surgió hacia finales del siglo XIX, quien oficiaba de conector entre las solteronas del pueblo -algunas de ellas con hijos- y los hombres que aún no se habían casado.

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