El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se encuentra “estable” y “apto” para trabajar, dijo el martes su equipo médico tras una nueva evaluación, después de golpearse la cabeza el sábado en un accidente doméstico.
Lula, de 78 años, habló asimismo este martes por teléfono con su par ruso, Vladimir Putin, anfitrión de la cumbre de los BRICS de la que el brasileño debió ausentarse. Lula se cayó en el baño de la residencia presidencial en Brasilia, según fuentes oficiales brasileñas.
El presidente se golpeó la parte posterior de la cabeza y fue ingresado en el Hospital Sirio-Libanés de la capital, donde recibió varios puntos de sutura.
“El examen de imagen está estable en comparación al anterior”, según el boletín médico del martes, que agregó que “está apto para realizar su rutina de trabajo”.
Un nuevo examen de control está previsto en 72 horas.
Lula se cortaba las uñas de los pies sentado sobre un banco en el baño cuando perdió el equilibrio y se golpeó la cabeza, dijo a la AFP una fuente de la presidencia.
El mandatario dijo el lunes que el accidente fue “grave”, pero aclaró que “no afectó ninguna parte delicada”.
Por recomendación médica, canceló el viaje que tenía previsto a Rusia el domingo para la cumbre de los BRICS, pero la presidencia informó que participaría por videoconferencia.
El martes, antes de acudir al hospital para realizarse nuevos exámenes, Lula conversó con Putin por cerca de 20 minutos.
“El presidente Putin quiso conocer el estado de salud del presidente (Lula) y lamentó que no pudiera asistir a la cumbre de los BRICS”, dijo la presidencia en un comunicado.
La cita iba a ser el primer encuentro de Lula y Putin en el tercer mandato del brasileño. En septiembre, ambos hablaron por teléfono sobre una propuesta conjunta de Brasil y China para poner fin a la guerra de Ucrania. AFP