América Latina no ha sido una prioridad para los candidatos a las elecciones de Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump.
Por BBC
Pero esta región presenta desafíos que deberá enfrentar quien gane este martes 5 de noviembre: desde cómo responder al nuevo mandato de Nicolás Maduro en Venezuela hasta cómo frenar el flujo de migrantes y la creciente influencia de China cerca de las fronteras estadounidenses.
Y precisamente la llegada de migrantes de América Latina a la frontera sur ha sido uno de los grandes temas de la campaña.
Trump, como hizo cuando ganó en 2016, situó la migración como cuestión prioritaria de su campaña electoral y argumento para criticar al actual gobierno demócrata y para acusar a la vicepresidenta de Harris de “incompetencia”.
El candidato republicano ha prometido una deportación masiva de migrantes indocumentados nada más asumir la presidencia, lo que tendría consecuencias humanitarias y económicas para el país. Los desafíos legales y logísticos, sin embargo, ponen en duda su viabilidad.
Según exfuncionarios del primer mandato de Trump, el plan no es solo detener y deportar, sino generar un clima de miedo aplicando la ley de forma indiscriminada e imprevisible para que los inmigrantes dejen de ir a sitios públicos, sus hijos teman asistir a los colegios y, por último, decidan marcharse.
Trump promete cerrar la frontera y ha vinculado la llegada de migrantes a la criminalidad, al aumento del precio de la vivienda en algunas partes del país, a la entrada de fentanilo, droga que hace estragos, y a la pérdida y deterioro de empleos para los estadounidenses, ideas que le fueron útiles para conquistar votantes hace ocho años.
Una de las frases de la campaña fue la acusación infundada en el debate con Harris de que los haitianos se comen a las mascotas en una ciudad de Ohio donde se han asentado muchos migrantes.
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