El supertifón Man-yi causó destrozos en Filipinas, pero no dejó víctimas

El supertifón Man-yi causó destrozos en Filipinas, pero no dejó víctimas

Este folleto del satélite Himawari reproduce una imagen en color real del sitio web de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) en colaboración con el Servicio Nacional de Satélites, Datos e Información Ambiental de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA/NESDIS) y la Universidad Estatal de Colorado-CIRA (CSU/CIRA). (Foto de Handout / varias fuentes / AFP)

 

 

El supertifón Man-yi azotó este domingo Luzón, la isla más poblada de Filipinas, derribando árboles y tendido eléctrico, pero sin que de momento se reporten víctimas.

Man-yi avanzaba con vientos de 185 kilómetros por hora después de tocar tierra el domingo en la municipalidad de Dipaculao, en la isla de Luzón, la más poblada de Filipinas.

El supertifón azotó el sábado por la noche la poco poblada isla de Catanduanes.

Más de un millón de personas huyeron de sus hogares ante las advertencias del servicio meteorológico sobre el impacto “potencialmente catastrófico y mortal” de la tormenta.

Por el momento no se han reportado muertes, pero las infraestructuras sufrieron daños “importantes” en Catanduanes, señaló Ariel Nepomuceno, jefe de la protección civil.

El municipio de Panganiban, en el noreste de Catanduanes, fue golpeado directamente por Man-yi, que los filipinos llaman “Pepito”.

El alcalde Cesar Robles compartió fotos en Facebook de postes de electricidad derribados, casas dañadas, árboles y láminas de techos sobre las calles.

“Pepito fue muy fuerte, nunca experimenté un tifón tan fuerte”, comentó Robles en esa red social.

“Aún es un poco inseguro, todavía hay ráfagas de viento y hay muchos escombros”, agregó.

Esta fotografía publicada el 17 de noviembre de 2024 por cortesía de la página de Facebook de John Marshal Aquino muestra a un residente de pie junto a un quiosco derribado en una calle de la ciudad de Panganiban, provincia de Catanduanes, después de que el súper tifón Man-yi azotara la provincia. (Foto de John Marshal Aquino / John Marshal Aquino / AFP)

 

En la provincia de Albáy, Myrna Perea, su marido y sus tres hijos se refugiaron en un aula con otras nueve familias tras recibir la orden de abandonar su casa de chapas metálicas.

Los cinco compartieron un colchón bajo el único ventilador que colgaba de la sala. “Aunque la casa quede destruida, lo importante es no perder a un miembro de la familia”, declaró Perea, de 44 años.

Esta tormenta, la sexta en azotar Filipinas en el último mes, aún amenaza a millones de habitantes. Al menos 163 personas murieron en las anteriores, que dejaron a miles sin hogar, destruyeron cosechas y diezmaron ganados.

El lunes atravesará el norte de la capital Manila.

Los científicos afirman que el cambio climático incrementa la intensidad de las tormentas, provoca lluvias más intensas, inundaciones repentinas y ráfagas de viento más violentas.

Cada año, una veintena de grandes tormentas y tifones azotan Filipinas o sus aguas circundantes, matando a decenas de personas, pero es raro que se produzcan varios fenómenos meteorológicos de este tipo en un lapso tan breve.

AFP

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