Un giro desgarrador en el caso de Laken Riley surgió en la corte el martes cuando se reveló que la madre de la estudiante asesinada no recibió el último mensaje de texto ni la última llamada telefónica de su hija.
Por New York Post
“Buenos días, voy a salir a correr. ¿Estás libre para hablar?”, le escribió la estudiante de enfermería de Georgia a su madre a las 8:55 am del 22 de febrero, antes de intentar llamarla por teléfono menos de 10 minutos después, a las 9:03 am, cuando no recibió respuesta.
La madre de Riley, Allyson Phillips, no escuchó la llamada, que se realizó 7 minutos antes de que la joven de 22 años fuera atacada.
Justo después de la última llamada de Riley a su madre, su teléfono se bloqueó, y no volvería a desbloquearse hasta que las autoridades lo hicieran después de recuperarlo de la escena del asesinato.
La madre desprevenida no terminó de responder el mensaje de texto de su hija hasta las 9:37 am, aproximadamente 9 minutos después de que Riley muriera en el horrible ataque sexual a manos de José Ibarra, un migrante ilegal vinculado a la pandilla Tren de Aragua.
“Llámame cuando puedas”, le escribió Phillips casualmente a Riley.
Cuando Phillips no recibió respuesta de Riley, comenzó a enviar una serie de mensajes de texto y llamadas telefónicas a su hija durante las siguientes tres horas (y reclutó a algunos miembros de la familia para que también lo hicieran), lo que demuestra que estaba cada vez más alarmada.
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