La migración en el primer día de Trump: una incógnita entre promesas ambiciosas de mano dura

La migración en el primer día de Trump: una incógnita entre promesas ambiciosas de mano dura

Agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detienen a migrantes en Sunland Park, Nuevo México, el 4 de noviembre de 2024. Jose Luis Gonzalez (REUTERS)

 

Los primeros 100 días de una nueva Administración suelen definir las prioridades del Gobierno que se estrena. Pero con Donald Trump esto se sabe desde antes: la política migratoria protagonizará sus primeras medidas. A lo largo de toda la campaña el presidente electo ha prometido una aproximación radical a la migración que incluye deportaciones masivas, cancelación de programas de acogida, cierre de la frontera y cambios legales que conlleven la expulsión de millones de migrantes, con y sin papeles, a quienes culpa de todos los males del país. “Esperamos que haga algo grande el primer día, pero no sabemos exactamente qué”, dice Douglas Rivlin, portavoz de la asociación pro migrantes America’s Voice, aunque podría estar hablando en nombre de millones y millones que miran con inquietud el 20 de enero en sus calendarios, el día que comienza la segunda presidencia de Trump.

Por El País

En la campaña ya anunció, sin sonrojarse ante el estupor de tantos, que al llegar a la Casa Blanca sería “dictador por un día”. Y durante el gran evento a finales de la campaña en el Madison Square Garden de Nueva York, especificó que no esperaría para desplegar lo que ha sido el núcleo de su discurso y promesas en la contienda electoral: “El primer día lanzaré el mayor programa de deportación en la historia de Estados Unidos para sacar a los criminales”, dijo. Con este historial de declaraciones, las órdenes que firme inmediatamente después de la inauguración de su mandato son fuente de incertidumbre, y temor, entre los expertos, las organizaciones que trabajan a favor de los migrantes y la población previsiblemente afectada.

El lunes pasado el presidente electo avanzó que declarará una “emergencia nacional” por el tema migratorio y usará a los militares para poner en acción sus planes, según publicó en su red social Truth. Sin embargo, no queda claro cómo funcionará eso, pues la legislación de Estados Unidos no permite que los soldados detengan directamente a la población civil. Por lo cual, dicen los expertos, lo más probable es que la declaración de emergencia lo que permita sea hacer uso de recursos militares, como edificios, computadoras, vehículos, etc.

Asimismo, declarar una “emergencia nacional” dotaría al presidente de ciertas autoridades extraordinarias, que es improbable que el Congreso limite dada la mayoría republicana en ambas cámaras. Junto con un poder judicial afín, con jueces nombrados por él, incluidos tres de los seis magistrados de la mayoría conservadora del Tribunal Supremo, anulan la posibilidad de una oposición similar a la que tuvo en su primer mandato cuando vetó temporalmente a personas de varios países de mayoría musulmana o buscó acabar con programas de protección para migrantes.

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