La muerte de Juan Felipe Rincón abrió una caja de Pandora sobre su vida. Y a cada hora que pasa, la justicia va conociendo más detalles sobre los hechos que rodearon su asesinato el pasado domingo 24 de noviembre.
Por semana.com
Los hechos sucedieron en el barrio Quiroga, en la localidad de Rafael Uribe Uribe, en el sur de Bogotá. Y, por ahora, la Fiscalía apunta a demostrar que existió dolo y premeditación en el crimen. El joven, hijo del general William Rincón, inspector general de la Policía Nacional, habría sido llevado hasta ese lugar para hacerle daño.
El fiscal de Vida hizo ?en la audiencia contra el principal sospechoso, Andrés Sotelo? un relato detallado de lo que sucedió. “Ya se mencionan versiones (…) y en diferentes medios relacionados [sobre] que, al parecer, el occiso tenía algún encuentro con personas menores de edad. Considero, en lealtad procesal, que ello no (…) descalifica la gravedad de esta conducta, porque la funcionalidad acusatoria, y sobre todo desde la gravedad, me refiero a sesgar una vida, no tendría ninguna justificación”, explicó. Agregó que esos actos impúdicos fueron la motivación del crimen.
El informe de necropsia, entregado por Medicina Legal, reveló que el joven de 21 años falleció por una herida producida por arma de fuego, así como por los golpes recibidos esa mañana.
“Se documenta un trauma severo por proyectil de arma de fuego que compromete estructuras vitales torácicas, incluyendo los pulmones y el corazón, generando una hemorragia masiva aguda incomparable con la vida, la cual constituye la causa directa de su fallecimiento”, señala el documento que es pieza clave en la investigación.
Igualmente, un informe de balística revelaría que solamente una de las dos armas encontradas en el lugar de los trágicos hechos era “apta” para disparar. La segunda, tenía varias fallas técnicas y no contaba con todos los componentes internos.
Es aquí que aparece la primera gran duda de la investigación: ¿quién disparó el arma? En la audiencia de solicitud de medida de aseguramiento, el fiscal de la Unidad de Vida aseguró que el arma fue accionada por Andrés Camilo Sotelo, un joven de 20 años que vive en el barrio.
Sin embargo, la defensa de Sotelo y el mismo procesado han asegurado que el arma que él accionó contra Rincón era de fogueo.
Frente a las armas, se abre un segundo interrogante. Hasta hoy, no es clara la cadena de custodia de estos elementos, ni se tiene claro el número exacto de vainillas de bala que se hallaron en el lugar.
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