“Es inhumano vivir en estas condiciones”, expresó Carolina Jaimes, habitante de San Diego, municipio Junín, en el estado Táchira, donde las aguas servidas de 37 viviendas de un sector cercano han inundado el único acceso a sus hogares.
Por Luz Dary Depablos / Corresponsalía lapatilla.com
Heces, gusanos y un hedor insoportable, son solo algunas de las consecuencias de esta grave situación.
El problema sanitario se agravó desde que las aguas putrefactas comenzaron a cubrir gran parte de la tubería de aguas blancas.
Cabe destacar que las aguas servidas provienen de viviendas fueron construidas y entregadas en el gobierno regional de José Vielma Mora, pero carecen de un sistema de aguas servidas adecuado, que hoy deja como secuela la contaminación que se padece en la zona.
Carolina Jaimes denunció que se sienten desamparados al no tener respuesta de ninguna autoridad, pese a que funcionarios de Instituto Tachirense de Vivienda (Intavi) levantaron un informe, pero a la fecha no han actuado ante la emergencia.
Teme por la salud de los niños y adultos mayores que residen en la comunidad, entre ellos dos de sus familiares directos que padecen de Parkinson, pues no cuentan con una vía en caso de una emergencia.
Aseguró que en la última semana, dos personas se cayeron cuando intentaban salir en medio de las aguas podridas, exponiéndose a enfermedades al caer en medio del lodo contaminado.
Igualmente, advirtió que la situación comienza a afectar a la comunidad Las Marías donde también está llegando parte de las aguas contaminadas.
Jaimes solicita a las autoridades regionales una pronta y urgente solución a la emergencia sanitaria, ya que de no atenderse a corto plazo podría seguir extendiéndose hacia otras comunidades vecinas.
La proliferación de zancudos y de enfermedades respiratorias y de la piel están incrementándose rápidamente.