La historia sigue a un agente secreto sin nombre (interpretado por John David Washington), conocido simplemente como «El Protagonista», quien es reclutado por una organización misteriosa llamada TENET.
El Protagonista descubre que, en el futuro, se ha desarrollado una tecnología que permite invertir la entropía de objetos y personas, efectivamente haciéndolos viajar «hacia atrás» en el tiempo mientras el resto del mundo continúa hacia adelante. Esta tecnología está siendo utilizada por fuerzas hostiles del futuro para atacar el presente. La misión principal involucra al Protagonista trabajando con Neil (Robert Pattinson) para evitar que Andrei Sator (Kenneth Branagh), un oligarca ruso que se comunica con el futuro, reúna piezas de un algoritmo que podría causar la aniquilación total del pasado. Sator está motivado por un diagnóstico de una enfermedad terminal y planea activar el algoritmo cuando muera.
El Protagonista también se involucra con Kat (Elizabeth Debicki), la esposa de Sator, quien está atrapada en una relación abusiva con él. A través de una serie de operaciones complejas donde se mezclan objetos y personas «invertidas» moviéndose hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, incluyendo una notable secuencia en un aeropuerto en Oslo y una «guerra temporal» en una ciudad abandonada, el Protagonista y sus aliados intentan evitar el apocalipsis.
La película culmina con una acción militar dividida en dos equipos temporales simultáneos (uno moviéndose hacia adelante en el tiempo y otro hacia atrás) para evitar que Sator active el algoritmo. Al final, se revela que Neil ha estado trabajando con una versión futura del Protagonista todo el tiempo, creando un bucle temporal que asegura el éxito de la misión.
Lo más interesante de TENET es cómo juega con el concepto de causa y efecto, presentando escenas donde los eventos ocurren tanto hacia adelante como hacia atrás en el tiempo simultáneamente, creando una narrativa que desafía la comprensión lineal y convencional de lo temporal.
TENET puede interpretarse como una metáfora de la seguridad muy relacionada con la aproximación “líquida” a los riesgos. El juego con la temporalidad rompe con el paradigma causa – efecto, lo que obliga a analizar la realidad desde una perspectiva que va más allá de cualquier intuición, lo que termina resultando en un juego fascinante para quienes se atrevan a analizar riesgos con sentido de multidimensionalidad. La ruptura de la secuencia del tiempo elimina la linealidad de los acontecimientos, lo que lleva al espectador a buscar respuestas en las posibilidades del futuro, sin perder el sentido de presente.
Por otro lado, en la película existe permanentemente una sensación de anticipación de los acontecimientos, haciendo que el espectador genere su propia visión de lo que pueda ocurrir. Esta forma “adelantada” de percibir la realidad es uno de los atributos clave en la gestión de riesgos. Anticiparse es una forma sofisticada de la proactividad, inclusive va mucho más allá, pues se adelanta a los potenciales movimientos de las amenazas, lo que facilita un mejor posicionamiento estratégico. Si bien la anticipación requiere un mayor reconocimiento del entorno y más elevados niveles de consciencia situacional, lo que demanda recursos y esfuerzos, sus contraprestaciones son indiscutibles. Anticiparse no necesariamente implica accionar, es más bien un modo de pensar frente a la realidad. Un elemento adicional es que el concepto de «inversión temporal» en TENET refleja una técnica común en la gestión de riesgos conocida como «planificación inversa» o «backcasting”, que resulta de la capacidad de anticipación.
Un paralelismo adicional que quisiera señalar entre TENET y la gestión proactiva de los riesgos es la capacidad que todo líder de seguridad debe poseer para lidiar con la ambigüedad. Esta habilidad abarca un conjunto de habilidades interconectadas que pasan por mantener una mentalidad abierta que permita interpretar los escenarios desde múltiples perspectivas, sin quedarse anclado en una única visión. Requiere además una inteligencia emocional robusta que facilite el manejo de la incertidumbre sin caer en la parálisis o la ansiedad, transformando los momentos de confusión en oportunidades de aprendizaje y adaptación. Los líderes que dominan la gestión de la ambigüedad son capaces de tomar decisiones con información imperfecta, establecer marcos de referencia flexibles, comunicar con claridad en medio del caos y mantener un propósito coherente incluso cuando las coordenadas tradicionales de comprensión se desdibujan.
TENET, más allá de su narrativa de ciencia ficción, es una manera creativa e interesante de observar cómo se gestionan riesgos complejos en el mundo actual. Con este análisis lo que he intentado es sugerir a los gestores de riesgos una aproximación “fuera de la caja” y multidimensional, reconociendo que los riesgos líquidos, al igual que los eventos en TENET, no siguen necesariamente patrones lineales simples y requieren estrategias igualmente complejas y adaptativas para su gestión efectiva.
Como información adicional del film, en cuanto a premios, TENET ganó el Oscar a Mejores Efectos Visuales y fue nominada a Mejor Diseño de Producción. También recibió reconocimientos por sus efectos especiales y logros técnicos en otros premios importantes. En términos de taquilla, a pesar de las restricciones por la pandemia, la película recaudó alrededor de 363 millones de dólares a nivel mundial, una cifra considerable dado el contexto, aunque menor que otros éxitos anteriores de Nolan. Me encantaría me enviaran sus comentarios si la llegan a ver.