El reclutador del cártel se coló en el campus disfrazado de conserje y luego se centró en su objetivo: un estudiante de segundo año de química.
Por Natalie Kitroeff y Paulina Villegas | The New York Times
El reclutador le explicó que el cártel estaba reuniendo personal para un proyecto y que habían oído hablar bien del joven.
“Nos contaron que eres bueno en lo que haces”, recordó el estudiante que le dijo el reclutador. “Tú dices si te interesa”.
En su afán por construir imperios de fentanilo, los grupos delictivos mexicanos están recurriendo a una reserva de talento poco habitual: no sicarios ni policías corruptos, sino alumnos de química que estudian en universidades mexicanas.
Quienes fabrican fentanilo en los laboratorios de los cárteles, conocidos como cocineros, dijeron a The New York Times que necesitan trabajadores con conocimientos avanzados de química para ayudar a hacer la droga más fuerte y “para jalar más gente”, como dijo un cocinero.
Los cárteles también tienen un objetivo más ambicioso: sintetizar los compuestos químicos conocidos como precursores, que son esenciales para fabricar fentanilo, lo que los liberaría de tener que importar esos materiales de China.
Si lo consiguen, según las autoridades estadounidenses, esto marcaría el comienzo de una nueva y aterradora fase en la crisis del fentanilo, en la que los cárteles mexicanos tendrían más control que nunca sobre una de las drogas más mortíferas y lucrativas de la historia reciente.
“Así nosotros somos los reyes de México”, dijo un estudiante de química que lleva seis meses cocinando fentanilo.
The New York Times entrevistó a siete cocineros de fentanilo, tres estudiantes de química, dos agentes de alto rango y un reclutador de alto nivel. Todos ellos trabajan para el Cártel de Sinaloa, que según el gobierno estadounidense es el principal responsable del fentanilo que entra por la frontera sur de Estados Unidos.
Los afiliados al cártel se pusieron en peligro por el mero hecho de hablar con el Times, y hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias. Sus relatos coincidieron con los de los funcionarios de la embajada estadounidense que monitorean las actividades del cártel, incluido el papel de los estudiantes en las operaciones del cártel y cómo están produciendo el fentanilo. Los reporteros del Times hablaron con un profesor de química, quien dijo que el reclutamiento de sus estudiantes era habitual.
Los estudiantes dijeron que tenían distintos trabajos dentro del grupo criminal. En ocasiones, dijeron, dirigen experimentos para reforzar la droga o crear precursores. En otras, supervisan o simplemente trabajan junto a los cocineros y ayudantes que producen fentanilo a granel.
No está claro hasta qué punto se ha extendido el reclutamiento de estudiantes, pero la búsqueda de químicos formados parece haberse visto influida en parte por la pandemia de coronavirus.
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