Aquí no hay conflictos étnicos o religiosos de origen milenario y mucho menos facciones que se odian en lucha por el poder, lo que quiere decir que si una lo obtiene, el conflicto sigue entre el ganador y las demás facciones.
En este contexto, sigue una población que solo cambiaría de victimario, sin una verdadera libertad y estabilidad.
Debemos marcar diferencia con ese fenómeno y hacer ver que nosotros somos un solo pueblo, unido en torno a un liderazgo, no hay ni siquiera polarización política como algunos interesados pretenden hacer creer, con un plan estructurado y con un solo propósito , claro, una vez liberados enfrentaremos amenazas de los radicales chavistas convertidos en terroristas y el reducto de alacranes quienes, durante un tiempo que ya pasó, lograron engañarnos y se hicieron pasar por opositores, ¿Por qué? Pues debido a que ellos saben que la manera de hacer “política” en base a clientelismo, asistencialismo, conchupancia y corruptelas, ya no será tolerada, mucho menos apoyada.
Saben que están acabados porque forman parte del problema, de las causas que nos trajeron al chavismo.
Pero la solución a eso será un Estado organizado, decente, gerenciado por los mejores y con capacidad de detectar, detener o neutralizar las acciones o amenazas de todos ellos.
A diferencia de esos países árabes, no nos espera el caos, la incertidumbre y el riesgo de continuar el conflicto debido a ser sociedades fracturadas, divididas por diferentes razones.
Nos aguarda un futuro brillante, en paz, unión y progreso, de felicidad y renacimiento virtuoso.
En el nombre de Dios, amén