En toda creación artística puede haber aciertos, torpezas y accidentes; pero también hay intención. La de Beto Montenegro, vocalista de la banda Rawayana, y el rapero Akapellah no era hacer un himno migrante, ni siquiera un homenaje al ‘raptor house’, un género musical nacido en Venezuela que le da el pegajoso ritmo al tema Veneka. Su objetivo era explorar los clichés venezolanos en una canción. Veneka fue una travesura que devino en intensos debates y que llegó al centro del poder político en Venezuela. En siete semanas, pasó de ser una canción filtrada en internet al último motivo de ira de Nicolás Maduro.
Por Leonor Suárez | El País
“¡No son venecas, son venezolanas!”, gritó furioso el líder venezolano la tarde del domingo en un acto “en defensa de la Navidad” desde el Palacio de Miraflores en Caracas en el que tildó la canción de “denigrante”. Dos días después, Rawayana se vio forzado a cancelar una gira de 10 conciertos que debía iniciar el 5 de diciembre y que recorrería las principales ciudades del país. “Cancelado nuestro tour por Venezuela”, escribió el grupo en sus redes este martes tras la desvinculación pública de algunas sedes anunciadas para sus conciertos. “Así es como nos despedimos de nuestro país hasta nuevo aviso. Nuestra música no está hecha para dividir”.
En el centro de la polémica está la palabra veneco, nacido como un apelativo despectivo a hijos de colombianos que habían migrado en los años 70 y 80 a Venezuela, pero que en la última década se ha usado contra los migrantes venezolanos en su camino hacia Sudamérica y que la banda tomó como punto de partida para escribir su último éxito.
Veneka nació cuando Akapellah, colaborador habitual de la agrupación caraqueña Rawayana y uno de los 50 mejores raperos en español, según la revista Rolling Stone, se acercó a Beto Montenegro con una idea que sonó a petición: “Hagamos un hit”. Y eso hicieron. Al terminar la canción en una sesión en Miami, Beto sentenció: “Creo que tenemos un meme musical”. Sería eso y mucho más. Tras su lanzamiento oficial, el tema se mantuvo por tres semanas en el número uno de canciones más escuchadas en Spotify en Venezuela. En YouTube, es la canción más escuchada este año para la banda que en noviembre fue premiada con su primer Latin Grammy.
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