El 26 de junio de 2010, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez (1999-2013), otorgó al hoy derrocado dictador sirio, Bashar al-Assad, una réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar.
Por lapatilla.com
Durante la ceremonia en el Palacio de Miraflores, Chávez destacó la importancia de fortalecer los lazos entre Venezuela y Siria, y elogió a al-Assad como un líder comprometido con la soberanía de su nación.
Incluso, lo llegó a comparar con Bolívar, refiriéndose a él como “uno de los libertadores del mundo”.
Este gesto reflejaba la política exterior de Chávez de consolidar alianzas con países que compartían una postura crítica hacia las políticas de Estados Unidos y buscaban una mayor independencia en el escenario internacional.
Catorce años después, el dictador Bashar al Assad cayó este domingo 8 de diciembre, tras 12 días de una vertiginosa ofensiva de una coalición islamista rebelde que asegura haber liberado al país árabe de las garras de un mandatario despiadado con todo atisbo opositor.
Su régimen fue responsable de graves violaciones a los derechos humanos, en especial durante las protestas sociales de 2011