En noviembre de 2016, Keith Papini vivió una pesadilla que conmocionó a Estados Unidos. Su esposa, Sherri Papini, una madre de dos hijos, desapareció misteriosamente mientras corría cerca de su casa en Redding, California. Durante 22 días, Keith se aferró a la esperanza de encontrarla con vida, participando en búsquedas intensas y suplicando por su regreso en entrevistas televisivas. Sin embargo, lo que parecía ser una trágica historia de secuestro se convirtió en un engaño que destrozó su vida.
Por Infobae
Cuando Sherri reapareció en el Día de Acción de Gracias, visiblemente herida y con un relato de secuestro perturbador, Keith creyó haberla recuperado. Su regreso fue recibido como un milagro, pero la verdad detrás de su desaparición resultó ser un montaje que terminó con Sherri tras las rejas y con Keith enfrentando la devastación emocional y familiar.
Keith y Sherri se conocieron en la adolescencia. Después de perder el contacto durante varios años, se reencontraron en 2006 y comenzaron una relación que parecía destinada al éxito. Se casaron en 2009 y tuvieron dos hijos: Tyler, nacido en 2012, y Violet, en 2014. Sherri se dedicó a cuidar del hogar mientras Keith trabajaba como especialista en sistemas de audio y video en Best Buy.
El día de la desaparición
El 2 de noviembre de 2016, Keith llegó a casa tras su jornada laboral y encontró la casa vacía. Sherri no había recogido a sus hijos del colegio, algo completamente fuera de lo común. Usando la función “Find My iPhone”, rastreó el teléfono de su esposa hasta un camino cercano, donde lo encontró abandonado junto con sus auriculares y mechones de su cabello enredados.
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