La protesta, la calle y la rebelión popular, por Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

La protesta, la calle y la rebelión popular, por Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

Nadie está a salvo con el chavismo

Pronto, en cualquier momento, por la razón que les dé la gana, sin avisarte a ti ni a nadie, la represión chavista puede decidir encarcelarte a ti, a tus hijos o a algún familiar. Nadie está a salvo con la tiranía. Nadie, ni el mayor de los jalabolas o corruptos chavistas como Tareck el Aissami. Por el bien de todo venezolano hay que derrocar y encarcelar a Cabello, Maduro y sus secuaces, a todos los criminales de lesa humanidad, no hay uno de esos malandros que merezca piedad. Todos merecen la prisión más severa.

El propósito político es ser libres, reunificar a la familia venezolana, reagrupar al país, transitar hacia el bienestar, la democracia y la prosperidad. El propósito es ser Venezuela, no Irán ni Cuba.

El pueblo está harto y asqueado de Maduro, es un traidor.

El oleaje iracundo de un pueblo

Las dictaduras, por más poderosas que parezcan, son torres de arena frente al oleaje iracundo de los pueblos cuando se levantan ante ellas. Siria, Libia, Egipto: nombres que evocan sufrimiento son también ejemplo y esperanza en la lucha contra tiranías que parecían invencibles. Fue en las calles donde los gritos, las manos entrelazadas y las protestas masivas hicieron desvanecerse regímenes que parecían eternos. Los tiranos, afincados al poder con represión y crueldad, caen indefectiblemente cuando los pueblos se rebelan de manera total contra ellos en las calles. La fuerza popular siempre vence.

Si queremos ser libres en Venezuela, las calles deberán ser tomadas íntegramente por el pueblo. En cada rincón del país se debe sembrar nuestra libertad. No será la primera vez ni la última que se haga.

Los malandros son minoría; la mayoría decente somos el futuro. 

Sin compasión ni piedad

En Venezuela, desde el páramo andino a la calidez del oriente, desde las costas caribeñas hasta los caudalosos ríos del sur, hay un pueblo harto, asqueado, agotado de tanto cinismo y crueldad, un pueblo decidido a ser libre como lo comprobó el 28 de julio cuando derrotó aplastantemente a Maduro y al chavismo. Las estadísticas son claras: el 90% del país quiere un cambio, de hecho, ya representa y encarna el cambio, rechaza la corrupción, el hambre, la violencia, y la miseria que el chavismo ha sembrado en todas partes. 

Los malandros chavistas, esa élite podrida y voraz, no son más de 10 mil. ¿Cómo puede una minoría tan insignificante oprimir a millones? ¿Cómo pueden tan pocos controlar al país? Los derrocaremos.

Llegó la hora definitiva, llegó su fin. Venezuela se impondrá.

Una sinfonía de coraje (con dirección)

Al chavismo sólo le queda la represión, la propaganda y el miedo. Sólo eso. Pero la represión, la propaganda y el miedo lo único que intentan es desmoralizar y desmovilizar a la nación. No podrán hacerlo. María Corina Machado y Edmundo González no son sólo líderes, son símbolos de tenacidad y luchar, son el país que no se rinde, son la libertad. Ellos han trazado el camino, pero es el pueblo masivamente quien debe caminarlo. La rebelión popular total no es un caos, es una sinfonía de coraje que tiene dirección.

Las calles no serán sólo espacios de protesta, serán territorios de unidad, organizados y coordinados hasta lograr la libertad. La lucha no es de pocos valientes; es de todo venezolano.

Un día, un mes, lo que sea necesario “hasta el final”.

Ve la victoria, siéntela, vívela, llegó

Nos dijeron que no habría “primarias” y vencimos. Nos dijeron que no habría unidad ni elecciones y vencimos. Nos dijeron que no probaríamos el fraude y tenemos las actas, vencimos. Venezuela cambió. No hay fuerza que pueda detener al pueblo venezolano que ha decidido ser libre. No hay balas que puedan silenciar el clamor de millones, ni propaganda que pueda maquillar la verdad: Venezuela está harta de Maduro y sus malandros. La rebelión popular total no es sólo necesaria, es inevitable. 

No importa cuántos obstáculos pongan, cuánta violencia desaten, somos la fuerza indetenible de un pueblo decidido a aplastar la mentira e imponer la verdad. Se acabó el chavismo. 

La libertad no se regala, se conquista.

¡Seremos libres!

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