Expertos de la ONU visitaron el lunes el lugar de un presunto ataque con armas químicas cerca de Damasco, a pesar de que su convoy fue blanco de disparos, en un contexto de consultas internacionales sobre una posible intervención militar en contra del régimen.
El presidente sirio, Bashar al Asad, atacó con vigor las acusaciones de la oposición y de algunas capitales occidentales sobre un presunto uso de gas tóxico el pasado 21 de agosto y advirtió en contra de toda intervención extranjera, la cual estimó estaba condenada al fracaso.
Los investigadores, que sufrieron un ataque de francotiradores, lograron finalmente desplazarse hasta Moadamiyat al Sham, una localidad al suroeste de Damasco tomada por los rebeldes y que el miércoles fue blanco, según la oposición, de un ataque con armas químicas por parte del régimen.
“Visitaron la sede de la Media Luna Roja en donde se entrevistaron con médicos” y con “personas afectadas por efectos de armas químicas y cercanas a los mártires”, declaró a la AFP a través de Skype Abu Nadim, un militante de la provincia de Damasco.
En videos publicados en internet, se puede ver a los inspectores en un hospital, hablando con doctores y civiles.
Regresaron a su hotel de Damasco a finales de la tarde.
Poco tiempo antes, habían tenido que dar media vuelta, después de que el primer vehículo del equipa fuera “atacado deliberadamente varias veces por francotiradores no identificados”, según indicó Martin Nesirku, portavoz de la ONU, en un comunicado, en el que no se mencionaron heridos.
El régimen y los rebeldes se acusaron mutuamente de estos disparos.
El presidente Asad respondió a las acusaciones de recurrir a las armas químicas, al estimar que acusar al régimen antes de la intervención era “un insulto al sentido común” y advirtió que una intervención militar de Estados Unidos acabaría en “fracaso”.
La amenazas occidentales de actuar contra Siria entran en el marco de “presiones psicológicas y políticas (…), pero estamos dispuestos a enfrentar todas los guiones posibles”, afirmó por otra parte a la AFP un alto responsable en el seno de los servicios de seguridad sirios.
Estas declaraciones intervienen en plenas consultas sobre una posible acción militar extranjera.
El jefe de la diplomacia británica, William Hague, estimó “posible” responder al uso de armas químicas sin el aval del Consejo de Seguridad, a la vez que se negó a “dar detalles de las opciones militares” contempladas por los Occidentales.
El secretario estadounidense a la Defensa, Chuck Hagel, declaró que las fuerzas de su país están listas a actuar contra el régimen sirio en caso de que sea necesario.
“Hay fuertes indicios que apuntan al uso de armas químicas” por parte el régimen sirio, declaró un responsable estadounidense a los periodistas que viajaban con Hagel.
Otro responsable estadounidense afirmó a la AFP que la autorización de Damasco para la investigación -cuarto días después del presunto ataque- llegaba “demasiado tarde para ser creíble, principalmente porque las pruebas disponibles fueron alteradas por continuos bombardeos del régimen”.
Sin embargo, la Casa Blanca desmintió informaciones del diario británico Telegraph que afirmó que Washington y Londres se disponían a lanzar una acción militar común “en los próximos días”.
Para el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, los países occidentales decidirán una respuesta “en los próximos días”, mientras que Turquía, aliado de los rebeldes, se dijo dispuesto a integrar una coalición internacional contra Siria, incluso sin consenso dentro de la ONU.
Según expertos consultados, los países occidentales podrían llevar a cabo ataques selectivos contra intereses estratégicos, sin comprometerse en una intervención de larga duración.
Pero Rusia, potente y fiel aliado del régimen, advirtió en contra de una intervención sin aval del Consejo de Seguridad de la ONU, que estimó “peligrosa”.
Su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, subrayó que los Occidentales eran incapaces de dar “pruebas” del presunto uso de armas químicas.
Irán, otro aliado del régimen sirio, amenazó una vez más a Estados Unidos de “duras consecuencias” en caso de intervención en Siria.
China por su parte apeló a la “prudencia, para evitar toda injerencia”.
Alemania indicó que aprobaría una eventual “acción” de la comunidad internacional si se confirma el uso de armas químicas en Siria y Arabia Saudita exhortó al Consejo de Seguridad de la ONU a actuar ante las “masacres” perpetradas según ella por las autoridades sirias.
El lunes, altos oficiales militares de países occidentales y musulmanes deben iniciar una reunión de dos días en Ammán para discutir sobre eventuales “esquemas” tras los últimos “peligrosos acontecimientos” en Siria, según Jordania. A la reunión asistirá entre otros el jefe del Estado Mayor interejército estadounidenses, el general Martin Dempsey.
En el terreno, los rebeldes se anotaron un tanto el lunes al cortar la única ruta de suministro del ejército hacia la provincia septentrional de Alepo, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Los bombardeos del régimen contra el Ghuta oriental mataron a seis personas, incluidos dos niños, según esta ONG que se basa en una red de militantes y fuentes médicas. AFP