El cocinero pagó con su vida el fatal desconocimiento de que todos los reptiles pueden continuar con signos vitales en sus miembros o partes del cuerpo incluso hasta una hora después de que estos hayan sido cortados, según afirma el experto en serpientes Yang Hong-chang, quien ha pasado cuatro décadas estudiando cobras.
“Es perfectamente posible que la cabeza se haya mantenido viva para terminar mordiendo la mano de Peng. Porque a pesar de que le cortaron la cabeza, por lo cual las funciones básicas de su cuerpo cesan, hasta una hora después puede mantener algo de sus reflejos”, explicó Yang.
“Esto significa que las serpientes tienen la capacidad de morder e inyectar veneno, incluso después de que su cabeza haya sido cortada”, agregó el especialista en ofidios.
Peng Fan, nacido en la ciudad china de Foshan, en la provincia de Guangdong, había estado preparando un plato especial en el restaurante en el que trabajaba y para eso había decapitado a la cobra, la cual es un manjar en China y además se cree que su carne es buena para curar dolores.
Pero cuando la víctima iba a tirar la cabeza de la serpiente en un cesto de basura el animal la mordió en una de sus manos, inyectándole a Fan el veneno neurotóxico que finalmente lo mató antes de que pudieran colocarle el antídoto en el hospital.
En general las personas que son atacadas por la denominada “cobra escupidora de Indochina” mueren asfixiadasluego de que la neurotoxina paraliza su sistema respiratorio.
“Fue un caso muy inusual, que al parecer fue un accidente en el cual el hombre tuvo una reacción muy severa a la picadura”, aseguró un vocero de la Policía, según publica el periódico The Daily Mail.
La cobra estaba siendo cortada en pequeños cubos hasta ser convertidos en sopa de serpiente, que es un manjar en Guangdong y un plato muy pedido en los restaurantes de alto nivel de esa provincia.
Las “cobras escupidoras de Indochina” se encuentran a menudo en el sudeste asiático, incluyendo Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos y Birmania.
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