La polémica se suscitó cuando en la sesión de retiro de los Presidentes, el de Nicaragua, Daniel Ortega, se retiró dejando al mando de su delegación al político independentista portorriqueño, Rubén Berrios, así lo informó losreportesdelichi.com
Esa situación generó que la cumbre terminara una hora y media antes de lo previsto, ya que Costa Rica y los otros 33 miembros de la Celac, incluyendo Rafael Correa, se opusieron.
Según Solís, se rechazó esa solicitud porque se podría generar un antecedente “sumamente negativo para el desarrollo de la Celac, porque hubiese permitido que cualquier país, en cualquier momento, nombre como miembro de su delegación a cualquier persona que pudiese generar una situación incomoda en una cumbre”.
El mandatario recalcó que no era conveniente que una persona que no forma parte de los países miembros de la Celac participe en la fase más privada de la cumbre, cuando los mandatarios tienen agenda libre para conversar.
“La intransigencia de la delegación de Nicaragua fue absoluta, se les explicó que no era procedente, se señaló con todo respeto posibilidades para que él no participara… pero no cambiaron de posición, entendemos que por instrucciones desde Managua”.
El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, coincidió con Solís y aseguró que aceptar esa designación hubiese creado un “precedente nefasto”.
A su criterio, sería lo mismo que aceptar que Estados Unidos incluya a Inglaterra en su delegación durante la próximo Cumbre de las Américas, para que hable de la soberanía sobre las Malvinas.
La polémica en torno a la participación del puertorriqueño Berríos se suscitó el miércoles en la tardecuando el presidente le cedió la palabra para que se refiriera en favor de la independencia de Puerto Rico de Estados Unidos.
Solís le aclaró a Ortega que ese tema ya se había conversado y alcanzado un acuerdo durante las reuniones de preparación de vicecancilleres y cancilleres, a principios de esta semana.
En esas citas previas se acogió reiterar el lenguaje adoptado hace un año en la cumbre de la Celac de La Habana, Cuba, donde se reconocía el caracter caribeño y latinoamericano de Puerto Puerto. Eso sí, reiteraron que el tema de su independencia quedaba en manos del Comité Especial de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).