Me veo en la obligación de continuar elaborando sobre este tema al enterarme del abominable asesinato de Luis Manuel Díaz (QEPD), secretario general de Acción Democrática en el Estado Guárico. No hace falta ser un semiólogo para intuir que este condenable atentado es producto del discurso que mana de las bocazas de los trogloditas que ocupan los más altos cargos de dirección institucional del país.
Mientras tienen a decenas de personas imputadas por incitación a la violencia, usan un discurso propio de las hordas de Atila que llamaban al pillaje y a la masacre de los enemigos. El “como sea” ha resultado mucho más peligros y dañino que cualquier otro discurso que se haya pronunciado en el país. No debe ser casualidad que desde ese momento se han producido múltiples ataques de las hordas paramilitares rojas a actos de la oposición.
Es necesario reseñar los ataques a @hcapriles en Guayana, otro a @liliantintori en Altagracia de Orituco en un evento separado del atentado a Díaz. Actos reprochables que ameritan un rápido accionar de la institucionalidad del país. De lo contrario, el voto castigo será todavía peor.
Es bien sabido para quienes manejan los códigos de acción de masas que estos discursos primitivos se convierten en órdenes para grupos creados por el gobierno para atacar los actos de la oposición. Estos grupos paramilitares no nacieron de la nada. Cuentan con entrenamiento y armamento que viene del partido de gobierno. Son una imitación de las tropas que en Cuba atacan las manifestaciones en contra del régimen.
Maduro, en su protuberante ignorancia, pretende conseguir el favor de los seguidores perdidos a través de un discurso lleno de odio y vacío de expectativas. Se comporta como un jefe de montonera y no como un presidente. No es capaz de entender la complejidad del momento que le tocó en mala hora vivir. Ha dilapidado un capital político que le hubiese permitido tomar las acciones necesarias para evitar que el país llegara a la precariedad que estamos viviendo.
Una de las muchas equivocaciones de Chávez fue dejar el destino de su proyecto político en las peores manos que se podía. Ese 8 de Diciembre de 2012, flanqueado por sus dos delfines delegó en Maduro todo su capital político. Error que le costará mucho al momento de escribir la historia. No es que el chavismo se destaque por tener entre sus filas personas preparadas, pero lo cierto es que habían personas mucho más competentes que un Nicolás cuya mecánica bucal denuncia su poca formación y su evidente incapacidad para asumir tanta responsabilidad. Por cierto, Cabello tampoco era ni es una opción.
La reacción del primitivus furrialenses es la máxima expresión de desparpajo y cinismo que se pueda observar en un mundo que aspira a la civilización. Sus palabras, “Ahora la moda es que grupos armados del chavismo atacaron los actos de la oposición” son un insulto a la inteligencia. Es una burda forma de deslindarse de los ataques. No hay un llamado a las autoridades a poner orden. Es como si las cosas no fuesen con él.
El diseño es burdo, tosco, rústico, basto, torpe, ramplón e ineficaz. Ordenan que se den los ataques para hacer creer que son provocados por la oposición para culpar al gobierno. Buscan en su infinita torpeza hacer creer que estos actos violentos son parte de la campaña opositora. Lo realmente estúpido es que las fuerzas del orden no hayan capturado a uno solo de estos bandoleros para ponerlos en evidencia.
El primitivus militarenses a cargo del ministerio de la defensa (con minúsculas) se limita a amenazar a supuestos actos terroristas que se darían el día de las elecciones. Mientras tanto, hace caso omiso de los ataques terroristas que se han dado contra actos opositores incluso con armas de guerra. No se ha oído al que finge ser ministro condenar la barbarie roja que se empeña en usar la violencia como mecanismo para frenar la expresión de rechazo y asco que produce este gobierno.
Nadie puede negar que Maduro ha desmantelado al país. Reinan las prácticas del narcotráfico, amenazan grupos armados que no son enfrentados por los cuerpos de seguridad del estado, policías que practican la delincuencia, delincuentes que tienen a generales como asistentes, sobrinos que usan la rampa de la vicepresidencia para manejar su negocio de venta de drogas, políticos asesinados en las tarimas al triste estilo de Luis Carlos Galán en Colombia.
Todo esto para lo único que sirve es para reforzar la decisión que los venezolanos ya tomaron. Esta clase política tiene que ser sustituida. Los homus primitivus que ocupan la cúpula putrefacta en el poder no tendrán más remedio que ceder el paso a nuevas fuerzas que tendrán la difícil tarea de ensamblar el país. De devolverle a los venezolanos la fe en el futuro. De acabar con el narcotráfico y los grupos irregulares.
Esa tarea no puede esperar más. Votar por Maduro o Cabello es apoyar la destrucción nacional. Las mentes primitivas solo producen acciones arcaicas. Venezuela necesita un viraje hacia la modernidad. Tenemos recursos humanos y materiales. Este 6D tenemos que darle una oportunidad al país.
Contra la barbarie y el primitivismo, vota el 6D. #Salvatupatria