En su fase terminal el régimen optó por pasar del denominado socialismo del siglo XXI a una conducta político-militar, muy similar a la que empoderó a los señores feudales de la edad media. Este comportamiento, alejado del desarrollo económico del mundo moderno, se inicia con el nombramiento por parte del gobierno, de responsables oficiales de la producción y distribución de los bienes fundamentales de consumo de la población.
El régimen, con la aplicación del socialismo del siglo XXI a través de sus dos planes de desarrollo socialista, destruyó casi totalmente al sector productivo privado. Primero con la ocupación de unidades de producción primaria y con la toma de agroindustrias, para luego monopolizar las áreas de la actividad del agrocomercio y de los canales de distribución y comercialización de alimentos de nuestra población.
Con esta acción perversa perpetrada por espacio de casi veinte años, hoy presenciamos como estas unidades de producción y plantas industriales fueron convertidas en escombros, por la ineptitud y la corrupción de comisarios políticos nombrados para “gerenciar” los bienes espoliados. Este irrespeto por la propiedad privada y los mecanismos de controles en el área de almacenamiento, distribución y comercialización, así como la monopolización del agrocomercio y de todas las actividades comerciales, tienen como saldo rojo la crisis humanitaria que azota a nuestra nación debido a la escasez y a la carestía de los alimentos.
El gobierno, hoy convertido en el único latifundista de nuestro país, con más de diez millones de hectáreas ociosas, con más de setecientas instalaciones industriales destruidas, con Pdvsa y las industrias de Guayana paralizadas o semi-paralizadas, no asume su responsabilidad ante la debacle que ha desatado y ahora pretende ponerle la mano a la incipiente producción nacional de alimentos, para repartirla entre los sectores que lo mantienen, por ahora, en el poder y matar de hambre al noventa por ciento de nuestra población.
El régimen se ha convertido en el reinado de la miseria y del hambre y ahora pretende convertir a los productores de alimentos del país en una especie moderna de siervos de la gleba, obligándolos a venderle su producción a precios inferiores a su costo de producción y a un tiempo indeterminado de pago. En esta nueva fase de dominación de la producción y de la distribución de alimentos, cuenta con interventores instalados en altos cargos gubernamentales y en los poderes públicos que controla. También con los señores feudales que regentan las gobernaciones y alcaldías chavistas.
En su empeño por “ganar indulgencia con escapulario ajeno” y llenar las cajas del Clap con productos “fiados y mal pagados”, el neo feudalismo pretende apropiarse a nivel central del setenta por ciento de la producción de alimentos y a nivel regional y municipal el treinta por ciento cada uno. Sumando las apetencias feudales, el productor de alimentos tendría que producir un 130% de alimentos, sin tener disponible semillas certificadas, fertilizantes; agroquímicos y medicinas veterinarias. Tendríamos también, como en etapas superadas, arar con bueyes ante la falta de maquinarias, repuestos y lubricantes.
Ante la gravedad de la crisis por la que estamos atravesando estamos urgidos de un gobierno y de poderes públicos que resuelvan de forma inmediata la situación creada por este régimen indolente e ineficaz. Necesitamos un Estado Democrático que garantice al sector productivo privado seguridad jurídica y políticas públicas necesarias para estimular la propensión a invertir y a producir en nuestro país.
Es fundamental que se asuma la producción de alimentos como una Política de Estado, que genere un plan agroalimentario que garantice a nuestra población el pleno abastecimiento de alimentos sin posiciones autárquicas en relación a la materia prima y que se subsidie a la población más vulnerable para que pueda tener disponibilidad económica y pueda adquirir los alimentos necesarios para vivir dignamente. Reiteramos que tenemos el talento para sacar adelante la producción nacional y abastecer al país de punta a punta, solo falta el cambio de gobierno. Ojalá pronto podamos escribir sobre cómo se está llevando a cabo la reactivación del sector agrícola.
@fernandocaminop