Colas que iban fluyendo morosamente en las cuales se confundían los pensionados con los clientes bancarios regulares, lucían las sedes bancarias de San Cristóbal.
Por: Freddy Omar Durán | Diario La Nación
Aunque muchos habían esperado desde la tarde de este miércoles, otros prefirieron simplemente madrugar, e igual en cuestión de horas recibieron apenas una parte de su pensión, entre 7 mil y 10 mil bolívares aproximadamente dependiendo de la institución financiera.
Sin desconocer el alivio que le significaba tener esos billetes en sus manos, los pensionados admitían que esa cantidad la invertirían en algunas verduras y en pasajes, eso sí, esperando hacer rendir la “platica”, un mes. No faltaron quienes no quisieron ponerle un tono tan pesimista a la situación, pues para ellos ya el hecho de poder cobrar ese día con cierta agilización de la atención debía ser motivo de gran satisfacción.
Por su parte, los clientes bancarios regulares no estaban muy satisfechos de que la entrega de hasta 6 mil bolívares por taquilla fuera flor de un día, pues dicha medida se hizo efectiva hasta este lunes. Apenas por los bancos Venezuela y Provincial se estaba dando 6 mil bolívares, y en el resto de bancos también redujeron el monto.
Muchos hacían su respectiva cola; pero sin estar claros de cuánto iban a recibir, pero ya con tener unos cuantos billetes en sus manos, valía la pena el sacrificio de medio día. Es más era tal la desinformación, según se escucharon denuncias, que el día anterior trabajadores de algunos bancos no daban la seguridad a las personas de la tercera edad que se acercaron para estar enterados, de que hoy pagaran pensiones.
Una atención ágil se reflejaba en el rápido discurrir de las colas –dependiendo de la entidad bancaria entre dos y cuatro horas- y aún así no faltaban las quejas por los coleados de siempre.
Poco alcanza
Como manifestaba Josefina Duarte, la pensión “realmente para hacer mercado no alcanza, ahora para comprar algunas cositas sí; todos los de la tercera edad estamos sobreviviendo por subsidios y por la gracia de Dios, pues con una pensión nadie come”, y sobra las colas agregó “esto ya es tedioso, pero ya se ha vuelto costumbre”.
Alberto Restrepo vive con la incertidumbre que le causa la poca capacidad adquisitiva de su mermado ingreso; pero más incertidumbre aún le causaría si anuncian un aumento salarial, lo que podría representar, en su concepto, un acicate a la inflación, y perturbaría la cierta estabilidad que han mantenido los precios en los últimos días. Ese rumor del alza se propalaba entre los pequeños corrillos que formaban algunos de los que esperaban en cola, y que sirven no solo a modo de entretención en medio de la espera, sino para un ponerse al día en infinidad de temas.
Entre las clientes de los bancos, una queja extendida se refería al alza inconsulta y arbitraria de los pasajes, especialmente entre aquellos que residían fuera de San Cristóbal. Alguien no ocultó su malestar al manifestar lapidariamente “prácticamente estamos haciendo este esfuerzo para los choferes”. Por ejemplo, desde El Nula venían tarjetabientes a sacar efectivo en San Cristóbal, cuando un pasaje entre ambas localidades estaba en alrededor de los 4 mil bolívares, osea ni con lo que obtendrían les alcanzaba para un solo viaje.