Hola que tal mi gente, Ha pasado ya más de medio año desde que el covid-19 comenzó a afectar a miles de personas en todo el mundo. Desde entonces, todo ha sido incertidumbre y especulación.
Cuando se declaró la pandemia mundial no teníamos ni idea de con qué nos enfrentaríamos, pero algo decía que no sería sencillo. Poco a poco las investigaciones científicas han ido avanzando y hoy muchos países trabajan en una vacuna, pero aun con ello, el mundo está muy lejos de superar la emergencia sanitaria.
La pandemia sigue con toda su fuerza. Los pronósticos son de un incómodo realismo, pero es mejor estar apercibidos que alentar dudosas esperanzas.
Creo que es el signo de los tiempos, el de este siglo XXI. Toca vivir lo que nos ha dejado el siglo XX y anteriores, como las desigualdades sociales, los conflictos armados, las guerras culturales y las tensiones religiosas que destruyeron todo, hundiendo a millones en la tragedia, en infinito dolor, en miseria y en ignorancia. Es éste el camino que nos heredaron.
La pandemia que ahora nos encierra obliga a reflexionar sobre la validez de lo que estamos haciendo y qué mandato estamos enviando a nuestros gobiernos y cómo estamos manejando nuestras vidas.
Nos dicen que, contra lo previsto, la enfermedad se extenderá por más meses y que incluso puede repuntar en las personas que creíamos curadas. Más tiempo para prepararnos para el momento en que reanudemos actividades, pero con planes claros de lo que vamos a hacer en lo personal y en lo colectivo.
Debemos aceptar que tendremos que aprender a vivir y convivir con el virus entre nosotros. Las autoridades de salud internacionales han afirmado que el nuevo coronavirus podría, incluso quedarse para siempre, uniéndose a la lista de virus que matan a personas en todo el mundo año con año. El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, ha sido incluso más radical asegurando que el nuevo coronavirus no podrá ser erradicado en el mundo.
En ese sentido, debemos entender que los cuidados y las medidas de prevención que tanto se nos ha solicitado adoptar, pueden hacer ahora por nosotros lo que la posible vacuna no hará hasta su llegada, lo cual ocurrirá, si bien nos va, el próximo año. Recordemos que no se trata sólo de dar con la vacuna, el verdadero reto estará en que se logren producir las dosis necesarias para abastecer a las personas de todos los países alrededor del mundo y en que éstas puedan adquirirla.
Hasta ahora nadie puede saber si algún día esta enfermedad desaparecerá, pero entonces, ¿cómo vivir hasta que llegue la vacuna? Pues, por lo pronto, siguiendo adelante con nuestras vidas y adaptándonos a todo este nuevo entorno, con todo lo que ello implica.
La única forma para detener los contagios, si, además, eres población de riesgo, es el distanciamiento social, lavarte las manos frecuentemente y el uso de tapabocas. Todas estas medidas son individuales y de empatía con los demás. No dependen de las decisiones gubernamentales.
¡Como siempre, usted elige! ,
#ElLiderEresTu
@joseluismonroy