Para los especialistas en la materia electoral, la abstención es una acción que un votante realiza en unas elecciones que consiste no acudir a votar, es decir, no elige ninguna de las candidaturas disponibles, pero tampoco voto nulo o en blanco. Cuando un elector va a votar tiene las siguientes opciones: votar por las candidaturas disponibles, votar en blanco o votar nulo. En este caso, directamente no se acude a la cita electoral y no se vota. Por lo tanto, los resultados electorales son generados por aquellos que sí que han decidido, de una manera u otra, participar.
Las motivaciones de la abstención son poco claras y pueden esconder una serie de razones. La abstención se enmarca en el fenómeno más amplio de apatía participativa. La variable de la abstención se manifiesta también a nivel internacional en casi todos los países. En Europa las cifras promedian un 30%. En Latinoamérica un 40% y en los Estados Unidos las cifras de abstención han sobrepasado en algunos casos, el 50%. Las causas de la abstención se articulan a factores sociológicos y demográficos tales como: la edad, el nivel de educación, el nivel de ingresos, la religión, o el ámbito de población en que se reside y también a factores psicológicos, como la apatía, o indiferencia, la desideologización o desinterés por los asuntos políticos, el convencimiento íntimo de la indiferencia y del escaso peso específico e inutilidad del acto participativo (escepticismo), la relativización de lo significativo de las elecciones dada su escasa influencia en las decisiones políticas posteriores a éstas.
La abstención es una de las más serias dificultades que debe evitar el sistema político venezolano si quiere continuar teniendo aptitud democrática. Por ejemplo, el régimen, no se puede seguir tomando decisiones de una inmensa trascendencia, entre ellas el cambio del sistema político o plantearse el Estado comunal, con una tercera parte de la población manteniéndose al margen de esas decisiones.
Para la consultora Hernández Hercon, por la crisis que transita el país emergen diversos escenarios para analizar la variable abstención en el contexto de la futura megaelección 2021, todo dependerá finalmente de las condiciones, estrategias y tácticas de motivación que activen el árbitro electoral y los diferentes comandos de campaña. Es evidente que en nuestro caso concreto la mayoría de las personas en este país no vota por programas de gobiernos, sino por emociones…muchos hasta obligados.
Venezuela a partir del año 1999 es liderado por un proceso político revolucionario que durante estos 21 años han ganado la mayoría de los eventos electorales en minoría, pero pareciera que el momento histórico convoca a la reflexión colectiva, porque son muchas las fisuras en la gestión gubernamental conectado a lo existencial humano. En nuestros últimos estudios de opinión la mayoría de los entrevistados coinciden en la salida de Maduro, sin embargo, la sala situacional del régimen, construye día a día estrategias contra la oposición para frenar su crecimiento cuantitativo y unidad, el mandatario nacional se ha vuelto cada vez más arrogante, soberbio y sordo en una lucha por la supervivencia del proyecto político revolucionario. Maduro, en su laberinto se siente a todas luces mantiene un guion y desorientado a la misma vez.
Para el análisis de la variable abstención, debemos tener presente que a medida que se acercan las megaelecciones, la mayoría de los venezolanos están asumiendo con indiferencia cualquier propuesta política en un contexto de crisis económica, pandemia y frustración de objetivos propuestos por la dirigencia de los partidos políticos nacionales. Mientras el régimen acciona con escenarios electorales impulsivos y complejos, estas estrategias cuando se devela no es más que potenciar el miedo, desmotivación hasta edificar actitudes de la antipolítica en el electorado opositor. Si se consolida una brecha significativa en la variable abstención es un escenario que beneficia sólo al régimen por contar con una maquinaria electoral bien apuntalada con todo el poder del Estado con una eficiente big data. No obstante, se proyecta si las megaelecciones fueran el próximo domingo, en las ciudades urbanas donde el voto tiene criterio, la abstención apunta a bajar, mientras en las regiones con características rurales, la variable abstención se mueve en dinámica según su marketing electoral. Pero, no olvidemos la futura megaelecciones la participación estará sujeta a la postura democrática que pueda adoptar el nuevo CNE.
En síntesis, podemos recrearnos por ahora que la variable abstención se moverá según las condiciones que aspiran los partidos pertenecientes al G4. Sin embargo, la abstención electoral únicamente podrá ser derrotada si el nuevo CNE ofrece condiciones competitivas y reglas claras, de lo contrario muchos partidos parecen tener una visión compartida en el tema de la abstención indefinida.
Marcos Hernández López / Presidente de Hercon Consultores
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