Concentrados en una cárcel de Nicaragua se encuentran seis doctorados, 17 maestrías, 26 licenciaturas y cinco estudios universitarios inconclusos. Los títulos corresponden a 40 líderes opositores, empresarios, periodistas, exguerrilleros y estudiantes universitarios que el régimen de Daniel Ortega ha encarcelado a partir del 28 mayo de este año con la intención de eliminar la oposición en el país. El grupo incluye a siete personas que manifestaron su interés de competir contra Ortega en las elecciones programadas para el pasado 7 de noviembre.
Por: Infobae
Treinta y seis de estos presos políticos están recluidos en la cárcel policial El Nuevo Chipote, un edificio de 3.520 metros cuadrados levantado en la zona sur de Managua, y cuatro permanecen en arresto domiciliar. La mayoría de estos presos políticos fueron detenidos bajo cargos de “traición a la patria”, “lavado de dinero” y “difusión de noticias falsas”.
Otros 120 presos políticos permanecen en las cárceles del sistema penitenciario de Nicaragua, y 22 más en delegaciones policiales. Estos últimos son los capturados entre la noche del 6 al 7 de noviembre, en la víspera de las votaciones.
“¿Notaron el nivel del recurso humano que hoy ocupa las cárceles en Nicaragua?”, se preguntó en Twitter el nicaragüense Israel Lewites. “Catedráticos, empresarios, profesionales egresados de Harvard, Georgetown, John Hopkins en el país más pobre del continente tenemos a los presos con más alto nivel académico del mundo”, añade.
“Es increíble como en Nicaragua tenemos extraordinario recurso humano que está en el exilio o en prisión”, señala Lewites, ingeniero y activista ciudadano en el exilio, para quien esta situación “da una idea de la brutalidad de este régimen y cómo no le interesa en lo absoluto el desarrollo del país, lo que le interesa es que se imponga a la fuerza un tipo que no tiene las mejores credenciales académicas con un equipo en cuyo currículo lo que más vale es su servilismo y no su capacidad de resolver problemas técnicos”.
Uno de los detenidos es Juan Sebastián Chamorro, 50 años, precandidato presidencial de la opositora Alianza Cívica. Fue viceministro de Hacienda durante el gobierno de Enrique Bolaños. Economista. En esta materia tiene un doctorado de la Universidad de Wisconsin, un master de la Universidad de Georgetown y una licenciatura de la Universidad de San Francisco, California, Estados Unidos.
José Pallais, 65 años, es otro preso político. Fue diputado y vicecanciller de la República. Hizo estudios de doctorado en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, España, y una licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
Arturo Cruz Sequeira, 68 años, también aspiraba a ser el candidato opositor que enfrentara a Ortega, cuando fue detenido el sábado 5 de junio. Fue embajador de Nicaragua en los Estados Unidos entre 2007 y 2009, en el gobierno de Ortega, ha sido profesor y publicado varios libros. Tiene un doctorado en Historia por la Universidad de Oxford en Inglaterra. Es master en relaciones internacionales por la Universidad de Johns Hopkins y tiene una licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Americana.
Félix Maradiaga, 45 años, aspirante presidencial de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), académico, fue secretario general del Ministerio de Defensa durante la presidencia de Enrique Bolaños. Siendo un niño viajó como indocumentado a Estados Unidos. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad Keiser, de Carazo, Nicaragua, y una maestría en Administración Pública de la Universidad de Harvard, donde se graduó con honores. También estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Yale, como miembro de los Yale World Fellows.
Luis Rivas Anduray, 52 años, era gerente general de Banpro Grupo Promerica, uno de los grupos financieros más grandes de Nicaragua. Es doctor en Economía por la Cornell University, de Estados Unidos. Ha sido profesor visitante de las universidades de Cornell y de Vanderbilt.
Francisco Aguirre Sacasa, 77 años. Detenido el 28 de julio pasado. Fue diputado y Canciller de la República. Estudió en las universidades de Georgetown y de Harvard, en Estados Unidos, donde se graduó en Economía, Historia y Ciencias Políticas y obtuvo un doctorado en Derecho. Es autor del libro bilingüe “Atlas Histórico de Nicaragua”.
Ana Margarita Vijil, hizo una maestría en Ciencias Políticas en Estados Unidos gracias una beca Fullbright. Ha trabajado como docente y participó en el equipo nicaragüense durante el conflicto limítrofe con Colombia en La Haya.
Violeta Granera, 70 años, es socióloga de la Universidad de Niza, Francia y habla español, francés e inglés.
Suyén Barahona, es la actual presidente de Unamos, el partido que hasta enero pasado se llamaba Movimiento Renovador Sandinista (MRS), fundado en 1995 por los disidentes del Frente Sandinista. Tiene 44 años, una licenciatura en Relaciones Internacionales y una maestría en Política Ambiental.
Tamara Dávila, 40 años, es sicóloga con experiencia de trabajo en el área social. Tiene una maestría en Género, Identidad y Ciudadanía por la Universidad de Huelva, España, y otra en Políticas Sociales, Derechos y Protagonismo de niñas, niños y adolescentes de la Universidad Centroamericana.
Noel Vidaurre, político conservador, abogado, Estudió en las universidades Católica de Santiago, Chile y de Colorado, Estados Unidos. Tiene una maestría con especialidad en Banca y Finanzas.
Víctor Hugo Tinoco, 68 años, sociólogo, fue vicecanciller de la República durante el gobierno sandinista de los años 80. Fue capturado la noche del 13 de junio pasado.
José Antonio Peraza, especialista en sistemas políticos y electorales y máster en gerencia de proyectos de desarrollo.
La lista incluye además a historiadores, periodistas, contadores, administradores de empresas, abogados y un general en retiro del Ejército, entre otros.
Para Israel Lewites, al analizar a los presos políticos desde sus credenciales académicas se puede ver el desprecio que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo tienen por la educación. “Lo que hace rico a los países es su recurso humano. Vos podés estar encima de un pozo petrolero y ser un país pobre, o estar en un desierto y ser un país rico porque lo que te hace realmente rico es tu recurso humano, la educación de tu gente”, concluye.