Las cifras indican que el 30,14 por ciento de los migrantes venezolanos en el mundo llegó a Colombia, que se convirtió en el primer país de acogida no solamente por su cercanía geográfica sino por los estrechos vínculos familiares y culturales entre ambos países. De hecho, desde 2015, Colombia ha acogido al 36,39 por ciento de los venezolanos que han migrado y han escogido algún lugar de Latinoamérica o el Caribe con vocación de permanecer allí.
Por Proyecto Migración Venezuela
Pero atender esa migración forzada requiere de un esfuerzo económico que, en el caos de Colombia ha sido gigantesco. Gracias a la cooperación internacional se han resuelto adecuadamente los retos derivados de la emergencia humanitaria que significó la llegada de 1,8 millones de personas desde Venezuela.
De acuerdo con un informe del Instituto Brookings, que data de 2021, hay un desbalance entre los recursos asignados a la población de desplazados del conflicto en Siria frente a los que se han destinado a la atención de las personas migrantes venezolanas.
“En el caso de Siria, con cifras actualizadas a fines de 2020, ha habido más de $ 20,8 mil millones de financiamiento (en total) desde el comienzo del éxodo. En el caso de Venezuela, para 2020, la cifra era de solo 1.400 millones de dólares, una cifra mucho menor a pesar de la similitud en la cantidad de refugiados”, detallan en la investigación.
Respecto al presupuesto proyectado para la migración venezolana, la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela – R4V en el año 2020 proyectó un monto de 1.400 millones dólares. Pero sólo se recogieron 659 millones de dólares a nivel regional, de los cuales Colombia recibió 330 millones de dólares, alcanzando solo el 42,20 % de lo esperado.
Para los expertos es claro que, pese a que hay organizaciones muy comprometidas en la atención de las personas migrantes venezolanas, especialmente en el hemisferio occidental, hace falta mayor compromiso de donantes de otras latitudes para atender un fenómeno complejo.
“En este contexto se debe rodear y respaldar un mayor esfuerzo por parte de la comunidad internacional frente a la respuesta que ha venido dando Colombia que permita enfocar mayores recursos en los procesos de integración socioeconómica, que conlleven beneficios tanto a los migrantes como a las comunidades de acogida”, aseguró al Proyecto Migración Venezuela, Sergio Bueno, director del Instituto de Estudios Migratorios y Paz.
Ahora bien, desde la nueva perspectiva de la integración de la comunidad migrante venezolana al aparato social y productivo de Colombia, Bueno asegura que es necesario que el nuevo gobierno que llegará a la Casa de Nariño el 7 de agosto fije como una de sus prioridades estratégicas la obtención de recursos para ese propósito.
En ese sentido, Bueno hace énfasis en que hay que aumentar los esfuerzos para convocar a la comunidad internacional en pleno, y que se vincule de lleno a un fenómeno que, como la migración venezolana, tiene vocación de permanencia.
“También se necesita el involucramiento de manera más activa del sector privado, y un mayor esfuerzo fiscal por parte del gobierno nacional aprovechando la curva de crecimiento en la recuperación económica postpandemia”, reiteró el analista.
Las cifras más recientes entregadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) indican que la economía colombiana creció un 8,5 por ciento en el primer trimestre de este año.
Para los analistas es claro que, de cara a la nueva fase de integración, es necesario que se aseguren recursos para financiar la ejecución de diversas estrategias, cuyos montos podrían ser tan o más grandes que los que se invirtieron en la atención humanitaria.