Lailyn se acuesta en la camilla y se sube la camisa para que la doctora de guardia pueda examinar su barriga. Con sus 23 años de edad, esta es la tercera vez que está en estado, pero es la primera que acude a hacer control de su gestación. Su embarazo anterior fue riesgoso, sufrió de preclamsia y tuvo que asistir de emergencia a un hospital para dar a luz.
Ahora tiene 18 semanas de embarazo y vive en la zona urbana de Puerto Ayacucho, la ciudad principal de Amazonas, uno de los estados más grandes y por eso mismo, menos desarrollados de Venezuela. Caminó alrededor de 25 minutos para llegar al ambulatorio El Escondido, un centro de salud ubicado en el área norte de la capital y que diariamente recibe a pacientes de todo el casco urbano, pero también de comunidades rurales del norte, que buscan atención médica primaria.
Este ambulatorio recibe insumos y medicamentos de Médicos Sin Fronteras (MSF) como parte del trabajo articulado que la organización médico humanitaria lleva adelante con a las autoridades locales, para fortalecer el sistema de salud público. Es así como los equipos enfocan su trabajo en áreas de agua y saneamiento, rehabilitación estructural, protocolos de prevención y control de infecciones y acompañamiento al personal de salud para optimar sus capacidades técnicas y mejorar la calidad asistencial. Actualmente, el soporte en el casco urbano está enfocado en los ambulatorios El Escondido y San Enrique y entre ambos, tienen un área de cobertura de aproximadamente 25 % de la población de Puerto Ayacucho y sus alrededores.
Después de la consulta, Lailyn está más tranquila. Estaba preocupada porque es consciente de que sus antecedentes médicos podrían significarle un embarazo de alto riesgo. Explica que afrontar gastos relacionados con la atención sanitaria en un país que atraviesa una crisis económica como la de Venezuela, es casi imposible. Por esta razón no pudo hacer seguimiento a su embarazo anterior, pero ahora supo de los servicios gratuitos del ambulatorio y asistió a la consulta. Además, recibió vitaminas y ella y su pequeño hijo de 11 meses, fueron vacunados contra la hepatitis y el tétanos. Regresará dentro de un mes para el próximo control y cuando esté lista para dar a luz, será referida al servicio de alto riesgo de la maternidad estatal.
El trabajo en conjunto de MSF y las autoridades sanitarias rinde frutos. “En los últimos meses vemos que las consultas generales han aumentado. Las personas de la comunidad se enteran de que el ambulatorio está funcionando bien y que cuenta con insumos y medicamentos. Entonces, comienzan a venir a sus chequeos médicos”, explica la doctora Andreina Medina, tras concluir su consulta con Lailyn. Solo durante el primer semestre de 2022, 16.717 pacientes fueron atendidos con apoyo de MSF en el estado Amazonas.
“Nos enfocamos en el acondicionamiento de estos centros de salud que reciben a personas no solo de la zona, sino en ocasiones de localidades rurales que están mucho más lejos. A veces vemos pacientes que caminan durante horas para llegar al ambulatorio”, narra Daniel Hernández, gestor de actividades médicas de MSF en Amazonas. “Además de fortalecer las capacidades estructurales de los centros de salud en los que estamos presentes, para nosotros es primordial robustecer las capacidades técnicas del personal, para que los pacientes puedan recibir una asistencia médica oportuna y de calidad.” En este sentido, entre enero y junio de este año, la organización realizó 36 capacitaciones, para fortalecer las herramientas técnicas de 361 personas que conforman el equipo sanitario.
Madelyn Rondón tiene 30 semanas de embarazo y es otra de las tantas mujeres que ahora acude a hacer control prenatal. Cuando la doctora le cuenta que escucha los latidos del corazón de su bebé, sonríe. Con solo 23 años, pronto tendrá un segundo hijo y aunque le preocupa el sustento económico de sus pequeños, le alivia saber que al menos puede acceder a un servicio de salud de calidad.
Médicos Sin Fronteras trabaja en el estado Amazonas desde el año 2019 y actualmente tiene actividades en los ambulatorios urbanos de El Escondido y San Enrique y en el ambulatorio rural de Samariapo, al norte de Puerto Ayacucho. Solo en el primer semestre del año, la organización donó 486.645 medicamentos y 390.823 artículos médicos a los centros de salud donde tiene presencia en el estado. Además, apoyó la realización de 14.416 consultas de atención primaria, 2.301 consultas por emergencias y 1.729 consultas de salud sexual y reproductiva. En el Hospital José Gregorio Hernández de Puerto Ayacucho, 4.465 pacientes fueron atendidos en el triaje de COVID-19 con soporte de MSF.
Nota de prensa