“Streamers del sueño”: unos ganan dinero durmiendo, otros pagan por despertar a desconocidos… ¿Te anotas?

“Streamers del sueño”: unos ganan dinero durmiendo, otros pagan por despertar a desconocidos… ¿Te anotas?

Distintos ‘streamers’ del sueño en TikTok.

 

 

 

 

¿Le tranquiliza velar el sueño de un desconocido? ¿Le divertiría despertarlo con un ruido estridente o, mejor, con un calambrazo de corriente alterna? En 2022 hay gente que contesta “Sí a todo”, y complacen sus bajos instintos con los streamers del sueño: gente que duerme con una cámara frente a su cama que trasmite en directo su sueño para una audiencia que mira y …no calla.

Por El País

Es el sueño de todo mortal: ganar dinero hasta durmiendo. En sus inicios los streamers del sueño lo consiguieron. Se metían en la cama, encendían su estación de streaming —el móvil con un trípode bien posicionado— y se grababan a sí mismos durmiendo durante varias horas. Los que les velaban el sueño, muchos confinados en sus habitaciones por la pandemia, contaban que el espectáculo del dormir ajeno les tranquilizaba, les ayudaba a aliviar el insomnio y a disfrutar de una compañía apacible. No ganaban mucho dinero, pero al despertar podían leer los miles de mensajes que les dejaban sus seguidores. Si lograban el patrocinio de una marca de colchones o de almohadas, el negocio empezaba a remontar. Así era en 2020 cuando floreció esta práctica, pero en 2022, el año de la realidad, hay que monetizar a tope la transmisión, y para conseguirlo hay que dejarse despertar cuantas veces pague la audiencia, y del modo más molesto, ruidoso y extravagante posible. “Cuanto más caos, mejor. La audiencia ama el caos”, resume Jakey Boehm.

Boehm es un tiktoker australiano de 28 años, con más de un millón de seguidores, líder del streaming del sueño interactivo. Según Wired y The Wall Street Journal, puede ganar cada mes 35.000 dólares sin moverse de su cama. Cada noche, a las diez, se pone el pijama, se mete en su cama, baja las luces y abre el live de Tiktok para encontrarse con una audiencia global que quiere verlo dormir y jugar a despertarlo durante toda la noche.

Con la cámara apuntando a su cama intenta dormir mientras miles de personas pagan para despertarlo. Durante la trasmisión, cientos de ellos compran regalos virtuales que alteran su sueño con luces, ruidos y música a todo volumen. Uno de “regalos” es el audio más tenebroso de El Resplandor, el personaje de Jack Nicholson diciendo: “Here´s Jhonny!”. Es un videojuego y Boehm es el blanco. Gana quien consiga despertarlo con mayor aspaviento. Por un dólar se puede escribir un mensaje en el chat que un bot gritará al oído de Boehm, por dos se le envían unas gafas virtuales que chillan: “Chrissy, wake up!”, un grito de la serie Stranger Things muy popular en TikTok. Por 95 dólares se le puede mandar un calambrazo que le llegará por un brazalete que lleva en la muñeca. Por 380 dólares, un seguidor puede activar todos los dispositivos que hay en la habitación durante cinco minutos y montar un gran escándalo. El precio incluye avisar a todos los usuarios de TikTok para que se asomen a la habitación del streamer. La tortura dura hasta las 5.20 de la madrugada. A esa hora Boehm apaga el live, edita el contenido, se vuelve a meter en la cama en torno a las 6.30 y duerme hasta las 12.00.

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