Las autoridades de Filipinas denunciaron este martes “maniobras peligrosas” realizadas por guardacostas chinos que “obstruyeron” y dispararon con “cañones de agua” contra barcos filipinos en aguas en disputa del mar de China Meridional.
En un comunicado, la Guardia Costera de Filipinas indicó que cuatro barcos de los guardacostas chinos y seis de la milicia marítima de Pekín bloquearon hoy la navegación de uno de los barcos enviados por Manila para tareas de patrulla y distribución de suministros a pescadores filipinos en el atolón de Scarboroug.
Los cañones de agua a presión causaron “daños en las barandillas” y parte de la cubierta del barco filipino.
“Estos daños sirven como prueba de la contundente presión de agua utilizada por la Guardia Costera de China en su acoso a los barcos filipinos”, remarcan las autoridades filipinas en un comunicado.
Manila además denuncia que los barcos de Pekín instalaron una barrera flotante de 380 metros de longitud que “cubre toda la entrada al atolón (de Scarboroug), restringiendo efectivamente el acceso al área“.
Previamente, la Guardia Costera de China aseguró que ahuyentó a un número indeterminado de embarcaciones filipinas de las disputadas aguas adyacentes a la isla de Huangyan, en referencia al nombre chino de Scarboroug (y que Filipinas llama Bajo de Masinloc).
En un escueto comunicado, la guardia china informó que expulsó hoy a unas embarcaciones filipinas “de acuerdo con la ley” por haber “invadido” las aguas adyacentes a la isla.
Las reclamaciones territoriales de Filipinas y China en el mar de China Meridional se solapan en el atolón Scarborough y, parcialmente, en las islas Spratly, escenarios de los encontronazos en los últimos meses entre embarcaciones de ambas naciones.
El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., ha fortalecido los lazos en defensa con Estados Unidos y ha elevado las críticas a Pekín por las reclamaciones soberanistas en el mar de China Meridional.
En julio de 2016, la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya (CPA) le dio la razón a Filipinas en un laudo contra China por la soberanía en el atolón de Scarborough, que se encuentra a menos de 200 millas de la isla filipina de Luzón -que entraría dentro del área económica exclusiva de Manila, conforme a la ley internacional-, pero esta decisión no es acatada por Pekín.
El gigante asiático alega razones históricas para reclamar la soberanía sobre la práctica totalidad del mar de China Meridional, una reivindicación que entra en conflicto con los reclamos de otros países como Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán.
Por estas estratégicas aguas, donde Estados Unidos defiende el derecho a la libre navegación, navega el 30 % del comercio marítimo global, al tiempo que alberga el 12 % de los caladeros mundiales, así como yacimientos de petróleo y gas. EFE